En España, el vehículo eléctrico no termina de cuajar en el mercado. Los más vendidos, en concesionarios y entre particulares, siguen siendo el coche de ocasión, el diésel y el gasolina. Por cada automóvil nuevo que se entrega en nuestro país, se compran dos de segunda mano. Y esto a pesar de que su precio se ha disparado en 1.400 euros en el último año, y más de 4.000, desde 2021. Encarecimiento, en los de segunda mano, de un 20% en tres años, 8 en el último. Empujado por el de los nuevos, con mayores costes de reconversión y dificultades de venta por la pandemia. Por eso sigue creciendo el mercado de ocasión, más asequible y de acceso inmediato, por el adiós al combustible, por sus mayores y nuevas prestaciones obligatorias y sus problemas de stock durante la pandemia. Necesidad medioambiental para circular en ciudades, con más oferta de seminuevos, con pocos años. Pero menos económicos que los que más se venden, los más antiguos y contaminantes, de más de diez años. Por eso se reclaman nuevos incentivos para renovar y descarbonizar las carreteras españolas, con vehículos de 14 años de media. Exigencias de un sector que también señala cómo cambia la movilidad en España.