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Los grandes escotes rompen la monotonía de la alfombra roja

Rooney Mara acierta con un elegante Givenchy, Alicia Vikander brilla con un vestido amarillo de falda abullonada de Vuitton, Olivia Wilde destaca con un diseño de Valentino y Kate Winslet fracasa con un Ralph Lauren de corte sirena

Olivia Wilde, de Valentino . // Efe/Reuters

Aunque Charlize Theron, protagonista de la película "Mad Max", no optaba a ningún Óscar en la 88ª. edición de los premios de la Academia de Hollywood, se llevó el premio a la mejor vestida con un diseño minimalista rojo, de escote más que generoso, muy sexi.

Este año la alfombra roja de los Óscar, la pasarela de moda más esperada del año, fue bastante sosa, incluso aburrida salvo por los atractivos y vistosos escotes.

Entre lo que se exhibieron sobre la prestigiosa pasarela, sobresalieron los estilismos de Charlize Theron y Charlotte Rampling. La actriz sudafricana, con el pelo recogido en un moño bajo, apareció con un vestido largo rojo con finos tirantes y escote poderoso que rozaba el ombligo, firmado por Dior. Completaba su estilismo con fabulosos pendientes, anillos y un collar largo cuajado de brillantes de Harry Winston valorado en más de 3,5 millones de dólares (3,2 millones de euros).

Si Theron apostó por mostrar piel, Charlotte Rampling, nominada por primera vez a la mejor actriz, por "45 años", prefirió cubrirla con un sobrio y elegante vestido de cuello a la caja ribeteado de pedrería y manga larga de Armani Privé.

Otro de los grandes escotes de la noche lo lució Olivia Wilde que acudió a la gala con un Valentino blanco de alta costura plisado con la espalda al descubierto y una gargantilla como complemento.

La colombiana Sofía Vergara prefirió lucir escote con un diseño palabra de honor en azul noche salpicado con lentejuelas y cristales de Marchesa.

Con un semirrecogido que dejaba su melena suelta, Alicia Vikander, que se llevó el Óscar a la mejor actriz de reparto por "The danish girl" ("La chica danesa") brilló con un vestido amarillo escarchado con hilo de plata y abullonado en la parte inferior de la firma Louis Vuitton.

Una elegancia serena exhibió la joven Rooney Mara con un modelo gris piedra y cuello a la caja firmado por Givenchy, que dejaba ver la piel de la actriz.

Correcto fue el vestido de Julianne Moore, un Chanel negro de alta costura con escote en uve, un modelo que lució con el cabello suelto y peinado con la raya en medio. Jennifer Lawrence triunfó con un Dior negro. También de Chanel fue la creación elegida por la joven Daisy Ridley, la nueva heroína de "Star wars", vistoso y coqueto vestido de tirantes con escote en uve cuajado de pequeñas flores.

Rozando lo cursi resultó el modelo de Cate Blanchett, un vestido verde agua con la falda salpica de flores bordadas sobrepuestas de Armani Prive. En esa misma línea estuvo el vestido rosa pastel de Emily Blunt con aplicaciones de "strass".

Luminosa y colorida fue la propuesta de Naomi Watts que llegó envuelta en un vestido de lentejuelas en tonos morados de Armani.

Más contenida que en otras ocasiones y a punto de caer en la lista de peor vestidas, Lady Gaga pisó la alfombra roja con un diseño pantalón con cola y escote generoso diseñado por Brandon Maxwell. Entre los diseños más desafortunado de la noche estuvo el vestido metálico negro de Kate Winslet, un modelo palabra de honor que no le favorecía nada.

Tampoco acertó la modelo Heidi Klum que llegó a la gala con un vestido de gasa coloreados en tonos malvas y morado con un hombro descubierto de Marchesa Fashion. La diseñadora de vestuario Sandy Powell, que llegaba con dos nominaciones, hizo un guiño a la estética de David Bowie con un traje de chaqueta en verde, quizá más propio para lucir en una discoteca.

Ataviada con un vestido negro, Whoppi Goldberg no acertó, como tampoco lo hizo Patricia Arquette con un palabra de honor que remarcaba su anatomía.

Entre los hombre fue difícil de superar la elegancia de Eddie Redmayne, nominado a mejor actor, que acudió a la cita con una chaqueta de terciopelo negro a juego con unos zapatos tipo "slipper". De terciopelo y también muy elegante acudió el español Paco Delgado, que optaba al "Oscar" por el mejor vestuario, que finalmente se llevó Jenny Beavan por "Mad Max".

Con el deseo de recoger el galardón al mejor actor, Leonardo DiCaprio llegó con un esmoquin negro, camisa blanca y zapatos de charol con cordones, un estilo clásico que afianzó peinado su cabello hacia atrás y luciéndolo con efecto mojado.

La nota "post-Óscar" la pusieron el actor malagueño Antonio Banderas, acompañado de su inseparable novia Nicole Kimpel, y su exmujer la también actriz Melanie Griffith, que volverieron a coincidir en la fiesta de "Vanity Fair".

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