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Javier Veiga: "El humorista no está para tomar partido"

El monologuista, actor, guionista y dramaturgo gallego hace triplete este fin de semana con monólogos en Vigo, Carballiño y Ponteareas. Últimamente más centrado en la televisión y en el teatro, el grovense vuelve a sus orígenes, en todos los sentidos

Javier Veiga (O Grove, 11 de febrero de 1973) es uno de los artistas gallegos más polifacéticos. Han pasado ya veinte años desde que creó su propia compañía teatral, "Teatro impar", y muchos lo recuerdan como presentador de las dos primeras temporadas de El Club de la Comedia (1999-2001). El creador de la serie "Gym Tony" y de la obra teatral "Amigos ata a morte" vive en Madrid, por lo que estas tres actuaciones en Galicia se presentan como una gran oportunidad de disfrutar en directo de su desternillante ingenio para el humor.

-Acabas de cumplir los 43. Como dices, "más edad que número de pie".

-Sí, me di cuenta el otro día y me hizo mucha gracia. Debe de significar algo que no sé qué es, pero algo debe de significar. Uno se siente viejo [risas].

-Y hace poco te sacaste una foto con el "pequeño Nicolás", lo cual envejece a cualquiera, como sacarse una foto con Errejón...

-Yo nunca le he pedido una foto a nadie, salvo a Jorge Drexler? En realidad fui a por un disco para que me lo firmara, porque soy muy fan. Al pequeño Nicolás le vi por la calle y me fui corriendo a por él. Fue cojonudo, porque me dijo "sé discreto porque me están espiando". Algo kafkiano, la verdad.

-¿Por qué vuelves ahora al monólogo, después de un tiempo en otras facetas?

-La respuesta más rápida es para no perder la gimnasia, porque nunca he dejado a hacerlos. He seguido haciéndolos, pero cada vez me prodigo menos. Al año me hago entre 15 y 30 actuaciones siempre. Es cierto que muchas son para empresas, como una cosa absolutamente pecuniaria, pero sí me gusta hacer algún bolo de vez en cuando para mantener esa gimnasia, mantenerme en forma en esa especie de profesión paralela. Si te pasas un año sin hacer monólogos pierdes un poquito esa seguridad. Esta vez me han llamado para hacer estos bolos en Galicia, y cuando se trata de ir a mi tierra soy más fácil de convencer, porque aprovecho para ver a la familia.

-Hace unos meses hiciste de maestro de ceremonias en un concierto de Sidonie y Zahara en Vigo y tu actuación fue una absoluta genialidad. Hasta dio la impresión de que les estabas robando el show

-La verdad es que me lo pasé muy bien. Eso hubiera sido imposible si no estuviese entrenado, si de vez en cuando no hiciera esos textos. Era un público cojonudo. Salí un poco acojonado, porque eran ciento y pico personas básicamente fans de Sidonie, que iban allí a ver a su cantante, y de repente le meten ahí a un pintamonas a hacer unas gracietas. Pensé que no iban a querer ni escucharme, en plan "¡cállate ya y que empiece el grupo!". Durante treinta segundos tuvieron esa cara, de "¿qué pinta este tío aquí?", pero me lo pasé muy bien. Me bajé del escenario un poco por respeto, pensando "le estoy robando el show a esta gente, ya me marcho". Pero me hubiese quedado hora y media allí, porque estaba muy a gusto.

-No sé si te gusta dar alguna pista de qué temas vas a tocar en tu monólogo.

-La verdad es que son chorradas [risas]. No tengo ningún tema general. No llevo ningún monólogo en fragmentos como muchos monologuistas. Voy hilando chorradas, una detrás de otra, de temas muy idiotas. Como llevo haciendo un espectáculo durante quince años, cada vez que se me ocurre una chorrada lo pongo ahí. Voy dejando algunos "gags" clásicos que no se agotan e introduciendo algunos nuevos, pero todo es bastante caótico. No hay principio, desarrollo y final, sino hora y media hilando chorradas intentando que el público se lo pase bien.

-¿Y alguna parcela que intentes evitar? ¿Política, religión...?

-No pongo ningún tipo de censura. Lo bueno de estos espectáculos es precisamente eso. En el caso de Vigo, en un local de noche, más todavía. Son sitios en los que, por suerte, no hay censura ni nos encarcelan todavía [risas]; de momento no han encarcelado a ningún monologuista, que yo sepa. Lo que sí llevo a rajatabla es no ser maniqueo, es decir, si me meto en política, tendré que meterme con todo el mundo. No me hace gracia el humor que se mete solo con un lado de las cosas. Creo que el humorista no está para eso, para tomar partido -nunca mejor dicho- por un partido, sino para reírse con el poder. Soy un bufón que se mete con todo el mundo. No me gusta tirar solo para un lado, porque además creo que todos dan facilidades para hacer humor con ellos.

-¿También tienes en cuenta en tu monólogo las particularidades y tópicos de cada sitio donde actúas?

-Claro, además para mí es muy cómodo trabajar en Galicia por eso. Hay una parte de improvisación que tiene que ver con conocer el sitio al que vas. Me permite hacer alguna coña sobre sitios que conozco, aunque hace años que no viva ahí. Sigue siendo pontevedrés, aunque esté emigrado.

-¿Te esperabas que Cuatro retirase del "prime time" hace unos días la serie "Gym Tony"? Tenía unos rivales con mucha audiencia y muy consolidados.

-Llevábamos dos años, estábamos en la cuarta temporada y siempre temes que te echen, incluso un día antes de empezar a emitir [risas]. Siempre hay esa pelea entre seguir o no seguir. La cadena llevaba tiempo queriendo probar otra cosa, porque nuestra audiencia no era mala, pero no hemos conseguido superar a dos rivales que eran imposibles de batir, "El intermedio" y "El hormiguero", dos formatos muy asentados con muchos años en televisión. Nos han puesto un parón para probar otro formato. Seguimos sin saber si volveremos. El decorado sigue montado por si volviésemos a rematar esta cuarta temporada y a continuar. Sí que habíamos hablado de hacer este parón. Si este nuevo formato funciona, será más complicado que tengamos una segunda vida.

Veiga, en primer término, con David Amor (izda.), Ledicia Sola y Xosé Antonio Touriñán, los actores de "Amigos ata a morte". // Gustavo Santos

-Tu papel más recordado en el cine ha sido el de "El año de la garrapata" (Jorge Coira, 2004), pero desde entonces te has prodigado poco en la gran pantalla.

-Tengo la sensación de que he abarcado demasiados campos, y eso hace que a veces dejes uno de lado. Hubo una época en la que me llamaban mucho para hacer cine e hice como tres películas seguidas, pero de repente no he vuelto a hacer ninguna [desde 2010, "Muertos de amor"]. Es complicado mantener una carrera en tantos frentes distintos. Sí me gustaría que me llamaran para hacer películas y series, pero si te pasas al otro lado dejas de estar en las quinielas. Espero volver a hacer alguna película pronto, incluso dirigirla. No creo que pase del año que viene para volver a hacer algo de cine.

-Un monologuista que se pasó al cine con gran éxito, Dani Rovira, ha dicho que se arrepiente de haber presentado los Goya por las críticas que ha recibido este año. ¿Tú te atreverías a presentarlos?

-Hombre, a mí me encantaría. Pero si buscan a alguien mediático, yo llevo tiempo sin estar mucho en los medios. Y creo que Dani Rovira debería volver a hacerlo, porque lo hace muy bien. No sé si se queja de problemas dentro de la Academia, porque si se refiere a las críticas en las redes sociales no debe darle ninguna importancia. Si esa es la razón, espero que se le olvide y que vuelva a presentarlos, porque es un tío que está muy de moda y que lo hace muy bien.

-Viste el derbi gallego con Ledicia Sola, David Amor, Touriñán y otros amigos y compañeros de profesión. ¿Eres del Celta o del Deportivo?

-Tengo el corazón dividido.

-¡Venga ya! [risas]

-Sé que esto suena a bienqueda, pero te voy a explicar por qué: siempre he sido del Celta, porque soy de una zona del Celta y tengo un hermano muy "celtarra", al que, de hecho, le he regalado por su boda un abono para el Celta. Pero viví un año en Coruña, justo el año del Súper Dépor. Soy un cambiachaquetas [risas]. Ahora que vivo en Madrid me he hecho un poco del Atleti. Pero creo que si hubiese una final Celta-Dépor iría un poco más con el Celta.

-¿Cómo llevas el tan comentado parecido de tu pareja, Marta Hazas, con la también actriz Kira Miró? ¿Has llegado a confundirlas en alguna alfombra roja?

-[Risas] Hombre, no las llego a confundir, pero es evidente que se parecen mucho. Incluso cuando nos conocimos era muy obvio. Yo conocí a Kira antes que a Marta, y siempre que nos encontramos les hago yo mismo fotos en poses similares porque tienen un parecido asombroso. Ellas hacen siempre la coña de que son hermanas. Lo llevan muy bien y a mí me hace mucha gracia.

"Amigos ata a morte", un éxito sin precedentes

  • En la entrevista a Javier Veiga no podíamos dejar de preguntarle sobre "Amigos ata a morte", comedia teatral creada por el propio grovense y que vuelve la próxima semana a los escenarios gallegos tras cosechar un gran éxito. Comenzarán en Cangas (27 de febrero) y seguirán en Burela (4 de marzo), Vilagarcía (5), Pontevedra (10 y 11), Vigo (12) Ourense (17 y 18), A Coruña (19), Narón (20) y Lugo (26). Terminarán en Santiago el 22 de abril.-"Amigos ata a morte" ha tenido un éxito excepcional, teniendo en cuenta que el teatro en gallego no se suele asociar al teatro, digamos, comercial. El "boca a oreja" tal vez haya tenido la culpa.-Es cierto, no suele hacerse teatro en gallego comercial, por llamarlo de alguna manera. Es un espectáculo que de repente ha llenado teatros, y en la primera gira mucha gente se quedó fuera. Ha sido una experiencia cojonuda y un éxito sin precedentes para una obra de teatro en gallego. Hacemos otra gira ahora y esperamos que ocurra lo mismo. Ha habido un fenómeno de "boca a boca", propiciado también porque hemos juntado varios nombres que la gente asocia con la comedia. La gente esperaba ver algo cómico, que le iba a gustar, al ver en el cartel a Touriñán, a David Amor, a Ledicia Sola y a mí. En la primera ocasión tuvimos que hacer tres representaciones. En diez días empezaron a correr los comentarios en las redes sociales y se agotaron las entradas. Espero que vuelva a ocurrir algo parecido. Ver todos los teatros llenos y la gente aplaudiendo en pie es una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida. Me dejó con ganas de repetir, y es lo que vamos a hacer ahora.

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