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"La tecnología permitirá generar ADN a la carta"

Pedro Moneo es CEO y fundador de Opinno, una consultora de innovación global que conecta a más de 150.000 expertos

Pedro Moneo, elegido "Líder Global Joven" en 2016. Marcos León

Pedro Moneo (Madrid, 1977) es ingeniero mecánico de formación por la Universidad Politécnica de Madrid y licenciado en Ingeniería Nuclear por la Comisión Francesa de Energía Atómica. Además, es el CEO y fundador de Opinno, una consultora de innovación global que conecta a más de 150.000 expertos, inversores, ejecutivos y especialistas en tecnología en más de veinte países. Una labor que compagina con la de editor de "MIT Technology Review" y "Harvard Business Review" en español. En 2016 fue elegido "Líder Global Joven" del Foro Económico Mundial.

-¿Cuál será la próxima revolución tecnológica?

-Las grandes revoluciones van a venir por las cosas más pequeñas. Una parte importante está relacionada con los niveles celular, atómico y a escala de bits. En el primer bloque está marcando todo la capacidad de secuenciar y editar código genético. Se está haciendo ya de una manera más rápida, barata y para más gente. Esas nuevas tecnologías nos van a permitir casi generar ADN a la carta. La aplicación que más se busca de ello es lograr un sistema inmune que nos proteja contra cualquier cosa. En el mundo atómico, la principal novedad es la revolución que está ocurriendo con los materiales, y eso está afectando mucho a varias industrias. Uno de los principales desafíos tiene que ver con el mundo energético.

-¿Es posible almacenar y producir energía de una forma más barata?

-Ahí está la revolución de la tecnología solar y otras tecnologías. Este año es la primera vez que volvemos a hablar de energía nuclear. Desde que finalicé la carrera en el año 2000 prácticamente no había vuelto a oír hablar hasta ahora de la energía nuclear en un informativo. Se va a volver a oír hablar más. El cambio climático y la dependencia energética son algunas de las razones de ello.

-¿Cómo será la revolución de los bits?

-Es el cambio más disruptivo a corto plazo. Es el de la inteligencia artificial, especialmente peligrosa como tecnología porque pretende hacer con una máquina lo que haría un ser humano. Esa tecnología se va metiendo en los procesos de negocio y servicio intentando sustituir al ser humano sin que lo note, con lo cual el efecto de sustitución es muy fuerte. Tiene un impacto social y económico grande.

-¿Cómo ayuda la tecnología a salir de la crisis?

-Yo lo que creo es que la tecnología destruye empleos antiguos y genera otros nuevos. Mucha gente discute si los genera al mismo tiempo que destruye los antiguos, pero, desde luego, lo que te permite es crear cada vez mayor valor añadido. No hace falta que trabajes el mismo número de horas, pero las horas que trabajes van a tener un valor añadido muy alto y, a lo mejor, por tener un valor añadido tan alto te tienes que estar formando durante mucho más tiempo. Vamos hacia un futuro de más ocio, donde se dedica más tiempo para formarse y menos a trabajar pero con una productividad altísima. Con esa situación hay gobiernos y sectores que se están tomando muy en serio la oportunidad y empleándose muy fuerte en crear una estructura de ciudad que pueda redefinirse muy rápidamente.

-¿Por ejemplo?

-Hay países como Francia que están realizando una apuesta estatal por la inteligencia artificial, o Finlandia, metiendo la educación en el centro del sistema. El Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha anunciado para este año un plan dotado con un millón de dólares para hacer I+D en inteligencia artificial.

-¿Qué posición ocupa en ese contexto el mundo del Big Data?

-Las tecnologías disruptivas, por separado, son muy virulentas pero, a veces, convergen varias y eso ya es como la tormenta perfecta. Ahora mismo estamos viviendo una convergencia de varias tecnologías cuyo efecto combinado va a ser bestial: una se llama "internet de las cosas", que significa poner sensores en todo lo que ahora es un objeto pasivo y que va a hacer que creemos un montón de datos; otra es que esos datos se van a poder mover mucho más rápido a través de la telefonía 5G y la tercera es la inteligencia artificial. El efecto de las tres a la vez va a ser muchísimo más fuerte. Cualquier organización, pública o privada, que no sea capaz de redefinirse y reorientarse en poco tiempo va a tener un problema.

-¿En qué lugar se encuentra España en el contexto de la innovación?

-España ha estado mejor de lo que está ahora. Tenemos muy buen talento, pero estamos perdiendo una carrera histórica, tanto desde las políticas públicas de incentivo a la I+D como en la apertura al talento internacional o en la educación en estas nuevas tecnologías; tendríamos que ir muchísimo más rápido.

-¿Cuánto ha influido en eso la crisis?

-La crisis ha generado una mayor cultura de startups, que está calando más y más, pero todo lo que podamos hacer para que eso vaya más rápido es fundamental. Tenemos que concienciarnos todos -familias, empresas, gobiernos...- porque es un tema fundamental para el futuro. Resolver qué va a pasar con el carbón si se va es inminente. De hecho, la energía solar ya es más barata que el carbón. Esa es nuestra realidad.

-Faltan vocaciones tecnológicas y no salen titulados en número suficiente, ¿cómo se puede resolver esa ecuación?

-Van a seguir haciendo falta los graduados de toda la vida porque hace falta gente que tenga conocimiento en profundidad, pero para la gran mayoría de los puestos de trabajo el modelo de desarrollo del talento tiene que ser diferente. Antes te formabas una vez para toda la vida y ahora es más como el modelo de antes de la Ilustración con los talleres y los oficios donde ibas perfeccionándote, donde había maestros y discípulos y donde se cuidaba el conocimiento. Ese modelo es más parecido a lo que hay ahora: pequeñas formaciones porque el conocimiento, las tecnologías y las herramientas cambian y hacen necesario que estés transformándote constantemente. La barrera entre las Ciencias y las Letras se está borrando y las capacidades de un profesional del futuro no son puramente técnicas o creativas.

-Como "Líder Global Joven" más influyente, ¿cuáles diría que deben ser las capacidades del profesional del futuro?

-Necesitamos gente muy brillante que se sienta perfectamente identificada con la empresa y sus valores. De ellos queremos cincos cosas. La primera, liderazgo; una persona que le brillen los ojos, que tenga ambición y vocación. La segunda, creatividad; una persona que todos los días piensa en qué le toca aprender, que responde bien a los problemas mal definidos y que, además, le gusta desafiar el status quo con ideas no convencionales. La tercera es pasión por el detalle y excelencia, que le guste hacer las cosas bien, trabajar con calidad. La cuarta es trabajar en equipo, tener empatía y la última es que le preocupe el impacto de su trabajo y que sea honesto e íntegro.

-¿Qué va suponer la revolución del 5G?

-Hoy lo hacemos todo a través de móvil. En un país como India, con 1.500 millones de personas, hace escasos siete años la penetración del móvil era prácticamente cero y durante muchos meses han estado implantando 40 millones de líneas al mes. En 2018 tenían el país completamente digitalizado, sin un cable. Por primera vez, tienen censo electoral. Han bancarizado a la gente y, a partir de ahí, puedes dar crédito, con lo cual la economía puede moverse. Estar más retrasado no es ninguna excusa, pero hace falta que haya líderes.

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