El patrón del pesquero ``Cordero´´ que naufragó la madrugada del pasado martes a 20 millas de cabo Prior, Marco Antonio Ures, evoluciona favorablemente y ayer por la mañana abandonaba la UCI para ser trasladado a una habitación en planta del Hospital Juan Canalejo. Todavía muy afectado por lo ocurrido y a la espera de recibir atención psicológica, el patrón del arrastrero permanecerá en la residencia, previsiblemente dos días más, hasta recuperarse totalmente después de haber estado a la deriva durante cuatro horas para ser rescatado por el Mirfak.

"Él ya tiene ganas de estar en casa, pero yo prefiero que se quede aquí unos días más para asegurarnos de que está bien. Fueron muchas horas en el mar e ingresó con los pulmones encharcados y llenos de salitre. Además, anímicamente está muy afectado", declaró su esposa, Sofía Rodríguez, que añadió que el lunes está citado a declarar, junto a sus compañeros José Manuel Parada y Hendra Hermawan, en la investigación abierta por Capitanía Marítima para esclarecer las causas del accidente.

Marco Antonio Ures fue rescatado a las 06.00, cuatro largas horas de espera, junto a otros miembros de la tripulación que ya se encontraban sin vida. "Tardaron demasiado en rescatarlo", dice su esposa.

Natural de Malpica, municipio donde el matrimonio reside, Sofía Rodríguez confirmó que la radiobaliza de la embarcación siniestrada se activó a las 02.10, tal y como señalaron también a FARO desde la Estación de Seguimiento de Satélites de Maspalomas (Gran Canaria). Sin embargo, no fue hasta cuatro horas más tarde cuando Marco Antonio Ures avistó las luces de un helicóptero y una embarcación de salvamento. La Salvamar Mirfak lo subió a bordo alrededor de las 06.00 horas y llegó al puerto de Oza de A Coruña a las 08.00 de la mañana.

Ures permaneció a la deriva cuatro horas, junto a otros de sus compañeros ya sin vida. "Cuando vio las luces de un barco intentó nadar hacia él. Desde que la radiobaliza se activó hasta que lo encontraron pasó mucho tiempo", relató la esposa. Tanto los familiares de los marineros del ``Cordero´´ como muchos profesionales del sector consideran que el dispositivo de salvamento tardó demasiado tiempo en activarse y trasladarse a la zona.

"Estaban a dos horas y media de puerto", señaló Sofía. La radiobaliza del ``Cordero´´, con GPS, envió una señal de alarma -con el nombre de la embarcación, los teléfonos de urgencia y las coordenadas, entre otros datos- a las 02.10, pero no fue hasta las 03.00 cuando diversas fuentes marítimas confirmaron que desde el Canal 16 de Radio Costera A Coruña se escuchó el primer Mayday Relay. Un helicóptero como el Helimer Galicia tarda 16 minutos en recorrer las 30 millas que separaban la zona del naufragio de la Torre de Hércules. No obstante, la mujer de Marco Antonio Ures relata que su marido le confirmó que había visto la luz de la embarcación de salvamento y el helicóptero al mismo tiempo, cuatro horas después del naufragio.

El ``Cordero´´ había estado faenando durante todo el lunes con toda normalidad y tenía previsto regresar a puerto -se encontraban a dos horas y media del más cercano-, a las 04.00 horas del martes, antes de que el temporal arreciase. Las previsiones señalaban que las condiciones empeorarían a las 12.00 del martes.

Por eso, el armador del pesquero ``Cordero´´, José María Santiago, mostró su malestar por las acusaciones de "imprudencia o irresponsabilidad" por ir a faenar con mal tiempo, que se han realizado y que se señalan como la causa del naufragio del arrastrero. La esposa del patrón mayor de la embarcación, por su parte, señaló que en otras ocasiones habían salido a faenar en peores condiciones y nunca había pasado nada. "Él es el primero que si hay temporal se niega a salir a pescar", aseveró.

Actuación ejemplar

Cuando el barco comenzó a hundirse, cuenta el armador, Marco Antonio Ures "se encargó de que todos dispusieron de sus chalecos salvavidas y comprobó que estaban bien colocados y amarrados". Tras ser el último en abandonar el barco, coordinó la puesta en práctica de las primeras reglas el protocolo de salvamento marítimo. Con chaleco y cogidos de la mano, Marco Antonio Ures trató de ayudar a varios de sus compañeros, pero las largas horas de espera en alta mar fueron demasiadas. Cuando la Salvamar Mirfak recogió al patrón, varios de ellos se encontraban ya sin vida, tal y como confirmaron los ocupantes del ``Plaia de Esteiro´´, la embarcación que pudo rescatar a los otros dos supervivientes.

"Tuvo un temple y una valentía ejemplar, que difícilmente yo pudiese reproducir con mis más de 30 años de experiencia", admitió José María Santiago respecto al comportamiento del patrón.

Precisamente, Santiago atribuyó a la "pericia y profesionalidad" de este joven a que, junto a él, haya otros dos supervivientes. "Gracias a él los otros dos están vivos", aseguró el armador, quien indicó que fue Marco Antonio Ures quien emplazó a los ocho miembros de la tripulación a cogerse de la mano y a hacer un círculo mientras los efectivos de salvamento no llegaban a rescatarlos. Durante ese período, uno de los miembros de la tripulación llegó a soltarse, al desfallecer por el cansancio, y fue el propio Marco Antonio Ures quien volvió a por él para mantenerlo en el círculo, según le relató al armador otro de los supervivientes, el contramaestre José Manuel Parada.

Por este motivo, Santiago pidió "mucho respeto y cariño" para el joven y para los otros dos supervivientes, José Manuel Parada y Hendra Hemoguan, que recibieron el alta médica el pasado miércoles, tras permanecer en observación debido a la hipotermia que sufrieron. Ambos han preferido dejar para el lunes su declaración ante la Capitanía Marítima, que investiga el naufragio.