El administrador de una empresa cárnica de Vigo y un funcionario de la Zona Franca, por donde se importaba la carne desde Brasil, compartirán el banquillo de los acusados por un presunto delito de contrabando de pollo congelado. El valor total de la mercancía importada fraudulentamente asciende a 3.087.647 euros según el escrito de acusación.

La Fiscalía sostiene que el empresario importó entre el 26 de enero de 2010 y el 23 de noviembre del año siguiente, 142 partidas de pollo congelado (1.700.056 kilos) destinadas a la importación en Europa y que la mayoría de las veces se declararon como "cortes de pollo sin hueso" cuando no era cierto y lo que se pretendía era pagar el arancel más bajo con el fin de defraudar a la Agencia Tributaria.

El acusado, según el Ministerio Público, "contó con la connivencia y colaboración" del otro acusado, un funcionario de la Zona Franca de Vigo que no habría comprobado ni la veracidad de los documentos aportados para obtener el levante del DUA -documento único administrativo que permite retirar la mercancía de Zona Franca-, ni controlado la mercancía recibida de Brasil y que se quería importar.

El fiscal solicita penas que suman 5 años de prisión para el empresario: 2,5 años por un delito continuado de falsedad y 2,5 años por otro de contrabando, así como una multa de 3,08 millones de euros. Para el funcionario pide 2 años de cárcel como cooperador en un delito de contrabando e inhabilitación especial para cargo público en aduanas. En cuanto a responsabilidad civil, reclama que ambos hagan frente, de forma solidaria, la cantidad de 3.087.647,40 euros.

Dado que el empresario, para facilitar dichas importaciones fraudulentas, utilizaba un entramado de empresas con las que mantenía diferentes vinculaciones, la Fiscalía solicita que las cino sean responsables subsidiarias en distintas proporciones de los 3 millones de responsabilidad civil.

El escrito de acusación establece que el empresario acusado, administrador único de una firma de comercio mayor de carnes, huevos, aves y caza, actuó en nombre y representación de la empresa con la intención de defraudar a la AET e "ideó un plan para abonar un arancel incorrecto correspondiente a las partidas de pollo con hueso y muy inferior arancel correcto que correspondía a partidas de pollo sin hueso".

En relación a la adquisición de la mercancía de origen, la Fiscalía mantiene que el acusado "utilizó una empresa intermediaria" de manera que la factura que presentaba en Zona Franca estaba expedida por ésta y no por el productor en origen. En dicha factura, incide, la descripción de la mercancía constaba de forma vaga y sin especificar si los trozos de carne eran con o sin hueso para evitar comprobaciones.

Una vez que el pollo llegaba al puerto de Vigo y entraba en Zona Franca, en el almacén de la empresa cárnica en Balaídos, el empresario extendía "también de forma fraudulenta el DEZF (documento de entrada en Zona Franca) donde se identificaban los pallets, los bultos y la matrícula del contenedor, así como el tipo de mercancía, haciendo constar un tipo de mercancía en forma mendaz (pollo con hueso) o bien mercancía genérica, con el fin de evitar problemas en la salida para importación de la misma", según el escrito de acusación.

En el momento en que pretendía sacar la mercancía de la Zona Franca para importación, el empresario -siempre según el fiscal- emitía lo DUAS en que describía una mercancía que no se correspondía. Momento en el que para obtener el levante del DUA contaría con el funcionario imputado con él. El funcionario ha negado desde el comienzo de la instrucción cualquier participación en los hechos o haber incumplido la normativa aduanera en ningún momento. Además, asegura carecer de competencias para ello.