El calvario de 14.000 kilómetros que sufrió una mujer captada en la República Dominicana por una red de inmigración ilegal hasta que llegó a Vigo, vía Turquía y Grecia por pasos clandestinos, ha quedado en una simple sanción económica para la considerada cabecilla de la trama en la ciudad olívica. La dificultad de probar el lucro de la acusada a través de la inmigración ilegal y al descartarse la existencia de una organización criminal, para lo que hacen falta tres personas en España, llevó a un acuerdo de conformidad entre las acusaciones y la defensa. Miriam Dilenoa B.H., la mujer de 40 años natural de Santo Domingo, con nacionalidad holandesa por matrimonio y residente en Vigo, aceptó ayer en el Juzgado de Penal 3 una multa de 270 euros por inmigración ilegal. Además, tendrá que indemnizar con 1.200 euros a la víctima que ha sido testigo protegido durante todo el proceso.

Miriam Dilenoa se confesó autora de un delito de favorecimiento de la entrada ilegal de ciudadanos extranjeros, penado con multas en el nuevo Código Penal. Inicialmente, la Fiscalía pedía cuatro años de cárcel para ella, acusada de lucrarse mediante la inmigración ilegal, así como por delitos de pertenencia a grupo criminal y coacciones. No obstante ayer, el Ministerio Público retiró la acusación de organización criminal ya que en España era la única implicada pues el resto de los integrantes de la red están en Grecia y Turquía. La reforma del Código Penal castiga sólo con multa la migración ilegal, y en este caso no quedó probado el lucro.

Miriam se benefició también de la existencia de una única víctima dispuesta a declarar como testigo protegido, pese a que la fiscal concretó inicialmente los casos de diez extranjeros, la mayoría dominicanos, a los que presuntamente trajo a Vigo de forma ilegal, los empadronó en su casa y les exigió el pago de la deuda.

El Ministerio Público sostenía que la procesada se dedicó durante cinco años a favorecer la entrada ilegal de extranjeros en España. Además, según la Fiscalía, facilitaba a algunas de las mujeres el ejercicio de la prostitución e incluso habría concertado parejas de hecho fraudulentas. La testigo protegida había relatado en su día que la captaron en su país. Desde República Dominicana viajó a Turquía y desde allí a Grecia por caminos clandestinos para burlar el control de fronteras Schengen de la UE. En Atenas le dieron su documentación y un billete a Santo Domingo con escala en Madrid. En Barajas se bajó y tras seis horas de autobús llegó a Vigo. Miriam, según la testigo protegido la alojó y la llevó a prostituirse a un club de O Calvario y en su propio piso.

Miriam Dilenoa se cubría el rostro con una chaqueta para evitar ser fotografiada en el banquillo. Una vez aceptada la sanción económica y ya en los pasillos de los juzgados uno de sus acompañantes la animaba: "Ya saliste de esta".

La abogada de la acusación particular, Ana García, destacaba ayer la dificultad de conseguir prueba suficiente en estos casos . "Son procedimientos muy complicados, con dificultad de testigos. La rebaja en la pena viene dada por la dificultad en la prueba testifical, de ahí que sea importantísima una condena aunque sea pequeña como esta. Y es que el Código Penal apenas da opciones".

La letrada resalta la gran implicación de la Fiscalía y de los agentes de extranjería en la persecución de estos delitos pese a que "son muy complejos y se ven frustrados muchas veces porque nos encontramos con que hay que hacer una búsqueda de la prueba casi heroica. Los implicados en perseguir estos delitos podrían realizar un trabajo más fácil y que salga más brillante en condenas y sin embargo siguen con este trabajo".