"Los hechos relatados no son legalmente constitutivos de infracción penal". Con esta frase comienza la juez su argumentación en relación con el caso del adolescente vigués de 16 años que denunció a su padrastro por abofetearlo. La titular del Juzgado de lo Penal 1 de Vigo ve probado que el menor fue asistido en el hospital por presentar marcas de dedos en la mejilla derecha y un hematoma frontal leve, y que 15 días después en el mismo centro le vieron arañazos en la nuca y lesiones en una mano. Pero concluye que "no consta" que esas heridas fueran causadas por el acusado.

Entre otros argumentos, la magistrada señala que "no disponemos de credibilidad subjetiva" en el testimonio de la presunta víctima, concurriendo "posibles motivos espurios" en su declaración. Así, concreta que consta una situación de "animadversión y resentimiento", de las que no se puede excluir "ánimo de venganza por parte del menor y de su abuelo materno [...]". La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso.