Continúa la investigación de uno de los casos más enrevesados y con más incógnitas de los juzgados vigueses. Eliza, la mujer de 28 años agredida supuestamente a manos de su pareja, el millonario portugués de 56 años, Carlos Inácio Pinto, hace un año en un céntrico hotel de Vigo acudió ayer ante el tribunal especializado en malos tratos de la urbe olívica para cotejar y fechar las supuestas últimas fotos del matrimonio antes del intento de asesinato realizadas el día previo al suceso. Las instantáneas fueron inmortalizadas en un local de la playa de Samil y captarían los últimos resquicios de una relación que a tenor de los hechos, semejaba agonizante.

La importancia de estas imágenes en Samil reside en la descripción de la ropa que portaba Eliza. Una de las testigos del caso aportada por la defensa del luso, en prisión preventiva desde la presunta comisión de los hechos, aseguró haber visto en el baño del local a Eliza "ordenando su bolso y portaba la maza en la mano", objeto con el que se produjo la agresión. Esta mujer también habría facilitado la vestimenta que lucía la joven modelo ese día, de ahí la importancia de cotejar la fecha de las imágenes tomadas en el local de Samil.