Los golpes al tráfico de drogas se suceden sin pausa pese al ingenio de los narcos para tratar de que su negocio llegue a buen fin. El último operativo, de la Policía Nacional, se ha saldado con un balance de 25 detenidos y la incautación de más de media tonelada de cocaína oculta dentro de falsos ladrillos refractarios -material para chimeneas o barbacoas-: fueron hallados en una nave de Madrid y los agentes rompieron miles de estas piezas a golpe de maza hasta dar con aquellas que eran huecas y ocultaban la droga. Estos bloques de material de construcción llegaban por vía marítima desde Sudamérica y uno de los puertos por los que entraban en España era el de Vigo. Las otras instalaciones portuarias fueron las de Algeciras, Valencia y Tarragona y en algún caso también Rotterdam. Los envíos se introducían cada tres o cuatro meses y la cocaína se distribuía sobre todo por Madrid, Levante y Cataluña.

Tras dos años de investigación, los agentes detectaron en febrero que la red parecía preparar un nuevo envío de estupefaciente. El pálpito fue certero al comprobarse ya a finales del pasado marzo un mayor movimiento de los considerados "hombre fuertes" de la organización y que efectivamente se había producido una entrega: parte de la droga fue localizada en vehículos caleteados, pero la mayoría se detectó en falsos ladrillos refractarios que había en una nave en el distrito madrileño de Villaverde.

Los 25 arrestados conformaban una organización criminal muy jerarquizada especializada en introducir cocaína por vía marítima. El líder de la red residía entre México, Colombia y España, existiendo también aquí otra persona que era la máxima responsable de la distribución de la droga. Junto a los detenidos, de los que 15 ingresaron en prisión, los agentes registraron 28 viviendas -en Madrid, Valencia, Guadalajara, Toledo, Alicante, Albacete, Tarragona y Sabadell-, así como la nave madrileña, ubicada en el polígono de Marconi.

Además del estupefaciente, la Policía se incautó de 20 vehículos y más de 200.000 euros. Y pudieron comprobar la relación de la banda con más de 60 kilos de cocaína que aparecieron en enero en playas de Denia y Xabia (Alicante) procedentes de un lanzamiento fallido de la droga adosada a bidones flotantes desde un buque mercante.

Desde 2015

Las pesquisas nacieron en marzo de 2015 tras detectarse a dos colombianos, con conexiones con Bélgica y Holanda, que introducían droga en España y se encargaban de su almacenamiento y distribución, así como de reclutar a más miembros del grupo. La investigación detectó que el jefe máximo residía entre Sudamérica y España y que la red estaba muy estructurada: nada quedaba fuera de control y cada integrante tenía su función. Había incluso "hombres pantalla" para el alquiler de inmuebles o uno que cobraba las deudas.

Responsables del operativo informaron en rueda de prensa en Madrid. Sobre los ladrillos para la droga, informa Efe, estaban hechos de yeso y recubiertos con poliespán y su interior estaba hueco para introducir los fajos de droga -de 8 kilos cada uno-. La droga incautada tendría un valor de 45 millones de euros. El líder de la banda tiene 45 años y se le conocía como La Abuela. De hecho, el resto de la organización también tenía apodos femeninos. Y la red contaba con una santera a la que consultaban las decisiones. Estos narcos, además, no hacían gala de lujos. "Sacaban el dinero fuera de España. Tenían lo justo para vivir aquí", describió un mando policial.