"En 24 horas puedo pasar de estar jugando con mi hija a tener que ingresar en prisión por algo que hice hace ocho años". La vida de Alberto Camiña, un vecino de As Neves (Pontevedra) afincado en Suiza, dio un vuelco la semana pasada cuando recibió en el consulado de Zurich una notificación que le indicaba que debía entrar en la cárcel al no concederle el Gobierno español el indulto que había solicitado.

Los hechos por los que es reclamado sucedieron en 2008. Por aquel entonces, en una noche de verano, tuvo una trifulca con otro varón con el que llegó a las manos en un pub de As Neves. Impactó un vaso en el rostro de su contrincante, provocándole una importante herida. "Fue una pelea de bar, como las que ocurren cada fin de semana en cientos de locales", señala Camiña, quien añade que "tuve la mala suerte de que mi golpe le ocasionó una hemorragia". El Juzgado de lo Penal 2 de Pontevedra le condenó a pagar una indemnización y a 2 años de prisión, condena que no cumpliría al carecer de antecedentes penales. Pero dicho castigo quedaba en suspenso condicionado a que no cometiese nuevos delitos en un periodo de tres años.

En 2010, en un "fatal error", según él mismo reconoce, el acusado sufrió un accidente con un quad que conducía sin permiso, hecho por el que sería nuevamente condenado en 2013, en este caso por conformidad en un juzgado de Instrucción de Ponteareas: se le impuso otra indemnización, esta vez a los dueños del inmueble contra el que colisionó, así como 3 meses de prisión.

El recorrido judicial relacionado con este siniestro se demoró tres años. Tiempo suficiente para que este nevense rehiciese su vida por completo: "Yo sabía que había hecho mal las cosas, que me había equivocado y que debía cambiar". Decidió marcharse a comienzos de 2012 junto a dos amigos a Suiza.

Casi cinco años después de partir, Camiña tiene un empleo fijo como gruista, conoció a la mujer con la que vive actualmente y tiene una hija pequeña llamada Beatriz. "Además, nos acaban de decir que mi pareja está embaraza de un mes", dice ilusionado.

Desde 2013, momento en el que fue sentenciado por el accidente automovilístico, su abogado instó la sustitución o suspensión de la entrada en prisión ante el juzgado que lo condenó por la agresión. Tras fracasar, a continuación pidió el indulto al Gobierno, que le fue denegado hace escasos días.

Ahora, con toda su vida en Suiza, el acusado se pregunta qué hacer. "No sé si entregarme, esperar a que me reclamen ellos, no moverme... es una pesadilla", sentencia. El primer movimiento que ha realizado tras conocer la noticia fue ponerse en contacto con un letrado suizo. "Me ha explicado que existe la posibilidad de cumplir aquí la condena sin perder mi trabajo", aclara, mientras añade que "solo tendría que ir a dormir a la cárcel". Este nevense teme que si finalmente cumple su pena en España las autoridades suizas le denieguen en el futuro el permiso de trabajo, indispensable para vivir allí. "Ahora son más duros a la hora de renovar la licencia y con antecedentes penales te la rechazan siempre", asegura.

Todavía en estado de shock, Camiña tiene aún esperanzas de ganar esta batalla y poder seguir con su vida, "sobre todo por mi mujer y mis dos hijas", suplica.