Un espectacular asalto que les ha pasado una seria factura. La titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo ha impuesto penas que superan los ocho años de cárcel a cada uno de los dos delincuentes que en enero de este 2016 irrumpieron con una moto en un supermercado de Vigo, pistola en mano, y se hicieron con un botín de 217 euros tras intimidar a los empleados. La "gravedad" de los hechos, el uso de un arma de fuego "apta para disparar" , el "mayor plus" de intimidación que supuso entrar en el establecimiento con el ciclomotor y la "evidente trayectoria delictiva" de ambos jóvenes son algunos de los factores tenidos en cuenta por la juez a la hora de imponer las penas. Los ya condenados confesaron la autoría del robo en el reciente juicio. "Doy la cara; sí, entramos en moto en el súper", resumía uno de ellos en el interrogatorio.

Los jóvenes son sentenciados como autores de un delito de robo con violencia e intimidación con la agravante de disfraz, otro de robo de uso de vehículo, un tercero de falsedad en documento oficial y, finalmente, un delito de tenencia ilícita de armas. La mayor pena es para Abraham C.F., quien en su historial ya suma otras seis condenas, una por perseguir de forma temeraria y embestir el coche de otro chico en Navia. Por los hechos ahora enjuiciados la magistrada, que le aplica la agravante de reincidencia, le impone 9 años y un día de cárcel y 1.050 euros de multa. Mientras, Borja R.M. -con siete sentencias anteriores aunque no computables a efectos de reincidencia- es condenado a 8 años y un día de prisión e idéntica sanción económica. En el caso de este último joven se le absuelve de otro delito que le atribuía la Fiscalía, el de desobediencia. Ambos ya se encontraban en la actualidad encarcelados.

Todo ocurría al mediodía del 19 de enero de 2016. Ambos, cubriendo uno su rostro con un casco y el otro con una braga y una capucha, irrumpieron en moto en un supermercado de la calle Pateira. "Dame el dinero o te meto un tiro en la cabeza", gritaron mientras uno de ellos apuntaba con una pistola, logrando así hacerse con 217 euros y dándose a la fuga a continuación.

Su huida no se prolongó demasiado tiempo. Un amplio dispositivo policial dio con ellos en las inmediaciones, procediendo a su detención. La motocicleta utilizada en el robo la habían robado, un mes antes, aprovechando que su dueño la había dejado estacionada con las llaves puestas. A esa moto los jóvenes le sustituyeron la placa de matrícula original por otra que también habían sustraído. Y la pistola que usaron a modo de intimidación en el súper era de la marca Star y para calibre 22: ninguno de los acusados poseía permiso para este tipo de arma.

Confesión

La confesión de los acusados, la declaración de los trabajadores del establecimiento -especialmente la del cajero al que exigieron el dinero- y las imágenes captadas por las cámaras de seguridad son algunos de los elementos que ha tenido en cuenta la juez para dictar la sentencia condenatoria. Y argumenta la pena impuesta por las circunstancias que concurrieron en este atraco. Así, a la hora de referirse al delito más grave, el de robo con violencia, en la sentencia se justifica la condena "a la vista de la gravedad de los hechos enjuiciados, en los que ambos acusados se cubren el rostro, utilizan un arma de fuego apta para disparar y lograr doblegar y atemorizar a las víctimas", se señala, agregándose que cometieron el atraco utilizando una moto, "lo cual supone un mayor plus de intimidación y superioridad" con respecto a los perjudicados. Y en la resolución se hace referencia también al extenso historial delictivo con el que cuentan ambos jóvenes.

La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Pontevedra.