Diez años, ocho meses y tres días de prisión. Ésta es la pena que ayer aceptó Emilia M.F., la mujer que en 2011 secuestró a punta de cuchillo a su hijo, entonces de año y medio de edad, en un centro de menores de Aldeas Infantiles de Redondela mientras el que era su compañero sentimental, Bruno P.T., que ya fue condenado por estos hechos a nueve años y medio de cárcel, retuvo durante cinco horas a dos cuidadoras para facilitar su fuga con el pequeño. En una sentencia ya dictada in voce en la sala de vistas de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, la acusada también se conformó con la petición de seis años de inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad. La condena cierra el capítulo judicial de un secuestro que conmocionó a la localidad redondelana. El pequeño, que en la actualidad cuenta con seis años y que está tutelado por la Xunta, continúa sin embargo en paradero desconocido, posiblemente con la familia de la mujer.

Emilia M.F. fue condenada como autora de un delito de sustracción de menores, dos delitos de detención ilegal y otro de robo con intimidación con instrumento peligroso en el que concurre la agravante de reincidencia. Además de la pena de prisión y de inhabilitación para la patria potestad, en concepto de responsabilidad civil la mujer deberá indemnizar a las dos cuidadoras del centro redondelano, que a raíz de los hechos ocurridos el día del rapto sufrieron síndrome de estrés postraumático. Además de 20.000 euros a cada una de ellas por los daños morales sufridos, en el caso concreto de una de las víctimas se añaden 362 euros, dinero que le sustrajo en efectivo y tras retirarlo con una tarjeta de un cajero automático.

Los hechos se remontan al 22 de enero de 2011. A las doce del mediodía, Emilia y Bruno se dirigieron al centro de Aldeas Infantiles ubicado en Ventosela en el que se encontraba, bajo tutela de la Xunta, el hijo menor de edad de la acusada. Una vez allí, y en ejecución del plan previamente acordado por ambos, Bruno colocó un cuchillo en el cuello de una cuidadora, exigiéndole tanto él como su novia que les entregase al niño "o la mataban" ya que ellos "no tenían nada que perder". Así, obligaron a la víctima que los guiase hasta la vivienda de las instalaciones donde estaba el menor junto a otra cuidadora. Mientras Bruno seguía esgrimiendo el cuchillo, Emilia exigió bajo amenazas a las trabajadoras que le diesen a su hijo, así como las llaves de sus coches, lo que finalmente consiguió.

Para que la condenada pudiese huir del lugar con el menor, tanto ella como Bruno encerraron a las citadas cuidadoras en la vivienda, profiriendo amenazas. "O hacéis lo que os digo o comienzo a cortar cuellos", fue una de las frases que dijeron. Así, el condenado -en contacto telefónico con su pareja cuando ésta abandonó el centro con el niño en el coche de una de las trabajadoras- mantuvo retenidas a las víctimas durante cinco horas hasta que, ya pasadas las cinco de la tarde, éstas lograron huir. "Si me persiguen y no llego no dudes en matarlas", llegó a decirle Emilia al que entonces era su compañero sentimental en relación con las mujeres.

Bruno P.T. fue detenido el día de los hechos y ya fue condenado en 2012. "Lo que hice está mal, me arrepiento y les pido disculpas a las cuidadoras", dijo el día de la vista este joven de 28 años de origen portugués que siempre mantuvo que actuó por amor a su compañera. El juicio contra Emilia se retrasó porque estuvo en paradero desconocido hasta que en 2012 cayó en un control rutinario en Palencia con su hermano. Aunque inicialmente se enfrentaba a 16 años y medio de cárcel, logró una rebaja de la pena.