Dos guardias civiles acusados de extorsionar a la dueña de un club de alterne en Carballo (A Coruña) han coincidido en señalar que lo que querían era llegar a una solución "amistosa" con la mujer para recuperar los 1.300 euros cobrados indebidamente tras haber acudido uno de ellos al club junto a otros dos amigos.

"Quería evitar cualquier tipo de denuncia pública", ha declarado el primer acusado, cabo en Ponteceso, y al que la mujer le habría cobrado "de más" por los servicios. Ante lo sucedido, este hombre pidió consejo a un sargento de la Guardia Civil de Carballo, responsable de la Judicial, para poder contactar con la dueña del club y llegar a un "acuerdo amistoso".

El fiscal solicita para uno cuatro años de prisión y para otro tres por las maniobras realizadas para que la mujer devolviese al agente que prestaba sus servicios en Ponteceso el dinero que él y sus amigos habían gastado en el club. Según el escrito de calificación fiscal, el agente de Carballo llegó a citar a la mujer en el propio cuartel para conseguir que le devolviese el dinero.

El primer acusado, que el 15 de marzo de 2012 acudió junto a dos amigos a este club, ha explicado que tras la noche que pasaron en compañía de varias mujeres le cargaron en su cuenta 1.300 euros "de más". "Había gastado 700 euros y me habían quitado 1.980", asegura este hombre quien, ante lo ocurrido, se limitó a "recuperar" su dinero.

Precisamente, con esa intención, el acusado se puso en contacto con el segundo procesado, a quien conocía al haber trabajado con su padre, para comentarle el problema y pedirle contactar con la dueña del club para llegar a un "acuerdo amistoso" y evitar cualquier tipo de denuncia pública.

Intermediario

"No presenté denuncia porque ya prefería perder el dinero a que se hiciese público lo ocurrido", ha dicho el hombre que, siguiendo las recomendaciones del segundo acusado, se puso en contacto con la dueña del club para reclamarle el dinero que le había cobrado "de más". Según ha declarado, tras quedar con ella logró recuperar 900 euros en dos pagos, pero después ya no le volvió a pagar.

Por su parte el segundo acusado, que intercedió para llegar a una solución amistosa con la mujer, ha declarado que él se limitó a citar a la dueña del club para explicarle lo ocurrido. "Yo llamé a la dueña del club y le dije que se pasase por el cuartel para comentarle el problema", ha dicho el procesado, que señala que la mujer le reconoció que podría haber un error en el cobro e incluso accedió a devolver el dinero.

"Miedo" a represalias

En la sesión también ha declarado la dueña del club, que ha indicado que se comprometió a devolver el dinero por miedo a represalias. "Yo di mi palabra de que le iba a devolver el dinero a poco, porque no tenía disponibilidad", ha afirmado esta mujer, que desconoce quien pudo denunciar los hechos que sientan en el banquillo de los acusados a estos dos hombres.

"Tenía miedo pero no denuncié. Quería pagar y acabar con todo", ha dicho la mujer que, por miedo a un mayor control sobre su negocio, acordó hacer la entrega del dinero en diferentes pagos.

Por la Audiencia de A Coruña también han pasado dos agentes de Asuntos Internos de la Guardia Civil que aseguraron que en su investigación no apreciaron delito por parte del sargento, quien sólo habría sido intermediario.

El Ministerio público pide para los acusados penas entre los tres y cuatro años de prisión e inhabilitación para ejercer como agente. El juicio continuará este miércoles.