El juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia de Castellón contra el empresario compostelano Isauro López como supuesto inductor del asesinato de su examante y un amigo en 2005, así como contra el presunto mediador en la contratación del sicario que perpetró el doble crimen de Calig, se centro ayer en las investigaciones de la Guardia Civil.

El responsable de la UCO manifestó que los procesados, el empresario gallego y el supuesto mediador que contrató al sicario, se conocían y ha descrito al empresario como el "autor intelectual de los hechos". El fiscal pide 52 años de prisión para cada uno de los acusados al entender que el empresario presuntamente ordenó la muerte de su examante y, a través del supuesto mediador, contrató a un sicario -que cumple una condena de 44 años de prisión- quien la mató y también asesinó al chico que la acompañaba casualmente la madrugada de los hechos.

En un extenso interrogatorio por parte del fiscal, el agente señaló tildó de la relación del empresario gallego con la joven fallecida como "desigual entre una niña de 15 años y un adulto de 50" y "obsesiva, de violencia de género".

Cuando la joven cumplió 18 años y el empresario la trajo de Cuba, éste, manifestó el testigo, "no le dejaba un resquicio de libertad", grababa sus conversaciones telefónicas, instaló un programa espía en su ordenador de control remoto e incluso amenazaba de muerte a todo aquel que tuviera algún tipo de relación con la víctima.

El agente explicó que la clave para poder enjuiciar a estas dos personas ahora, tras un primer juicio contra el sicario, fue que la UCO no concluyó la investigación, pues entendían que había un autor intelectual además de más autores materiales, y por la aparición de uno de los testigos que declaró la víspera que manifestó que había puesto en contacto a ambos procesados.

Aunque estos últimos negaron conocerse o haber mantenido contacto alguno, el hombre que los presentó testificó que la reunión fue para un negocio inmobiliario.

El teniente de la Guardia Civil explicó que que este testigo tenía un "miedo atroz" al supuesto mediador y llegó a reconocer que le había puesto en contacto con el empresario "para un tema grave".

El día después del crimen -el 13 de junio de 2005- este testigo, según el miembro de la UCO, "fue amenazado de muerte" por el presunto mediador y pidió ser testigo protegido.

También el teniente ha constatado que el mediador y el sicario condenado mantuvieron numerosos contactos telefónicos, sobre todo "los días más relevantes de la investigación", como un día antes y dos después de los asesinatos o cuando al sicario se le tomó una muestra de ADN, tras la cual huyó a la República Checa, donde fue detenido poco después.

Además ha dicho que el sicario y el presunto mediador coincidieron en la misma prisión durante 1996 y 1997 en el mismo módulo -hecho documentado por Instituciones Penitenciarias-, aunque el procesado lo negó durante su interrogatorio del pasado lunes.

El investigador relató que el día del crimen, la casa de la víctima y de su hermana en Càlig había sido vigilada por varias personas y "falló un poco el plan", pues esperaban a las dos para matarlas. Sin embargo, sufrieron un accidente y dos amigos acudieron a ayudarlas. La examante de Isauro López fue a su domicilio junto a un amigo a recoger las llaves y ambos fueron asesinados. El teniente de la Guardia Civil cree que hay más personas implicadas.