Para el psicólogo clínico Carlos Álvarez, trabajador de un centro psquiátrico, este tipo de casos son difíciles de explicar. Recuerda los paralelismos con otro hecho luctuoso ocurrido en Narón, cuando una madre mató a su hijo, enfermo psiquiátrico y luego se suicidó. También dejó una carta.

"Cuando hay problemas de conducta muy seria y errática por parte de pacientes psiquiátricos o casos muy complicados, que continúan a pesar del tratamiento con fármacos, esas conductas suelen agotar a las familias", explica el experto que suma la circunstancia, a veces "de una no suficiente respuesta asistencial". "Es posible que los familiares entren en una espiral en la que la única salida que ven es acabar con la vida de su hija y luego suicidarse", añade Carlos Álvarez. En el caso referido en Barcelona y "ante el miedo de dejar sola a la hija", que necesitaba atención por su discapacidad, los padres hicieron lo que el experto llama un "asesinato por piedad".

Esta denominación se refiere a que los padres deciden "ahorrar más sufrimiento" -desde su punto de vista- a los allegados y luego morir todos juntos. Este tipo de razonamientos proceden, según Álvarez, de la responsabilidad de encargarse del cuidado de la hija.

¿Y si no podemos cuidarla o alguno de los padres sufre una enfermedad terminal?, se habrán preguntado. "Habrán planeado múltiples soluciones, pero está claro que se trata de un asesinato y suicidio planificado", alega. "No es habitual; es una solución desesperada que llega siempre luego de múltiples intentos de resolver el problema", valora el experto. "Pero para llegar a este punto, tiene que haber una situación muy límite y unos padres muy desesperados", añade.

En Galicia, hace quince años, una mujer de 50 años vecina de Narón -localidad limítrofe con Ferrol- mató de dos cuchilladas en el cuello a su hijo Oliver, de 17 años, que padecía trastornos esquizofrénicos, y después se dirigió en taxi a una playa cercana donde se arrojó al mar. La mujer, de nombre María, había acudido a distintas instancias en demanda de soluciones para la situación de su hijo y había anunciado que acabaría con su vida. También en este caso, dejó una nota en su casa a su marido en la que explicaba que había asesinado a su hijo y que se disponía a suicidarse. El hecho guarda muchas similitudes con el caso de Barcelona.