Crece el desasosiego en Gondomar ante la falta de información sobre el paradero del empresario Jaime Carrera Cortegoso, natural de la localidad y de 68 años, tras su rapto, el pasado 3 de junio, a las puertas de su granja avícola de San Sebastián de los Reyes, en el estado venezolano de Aragua. Cuando se cumplen 23 días de su desaparición, su familia a este y al otro lado del Atlántico sigue en vilo a pesar de haber pagado un rescate de 4,5 millones de bolívares (unos 632.000 euros) a los secuestradores.
Así lo recordaban ayer desde su casa de Gondomar Manuel Riveiro y Marcelina Carrera, cuñado y hermana de Jaime, con los que este emigró a Venezuela en 1958 y con los que, al permanecer soltero, ha vivido hasta que hace unos meses el matrimonio decidió regresar a España ante la inseguridad creciente en la república bolivariana, donde aún siguen residiendo sus descendientes.
Fueron sus hijos quienes les informaron del secuestro. "Fue sobre las seis de la mañana; a esa hora llegaba mi cuñado con dos empleados a la granja porque iban a recibir una remesa de pollos", apuntó Riveiro, quien asegura que el grupo armado que los apresó esperaba dentro de la explotación.
"Aunque hay dos cámaras apuntando a la entrada, iban encapuchados y la grabación, lamentablemente, no ha servido de nada", explicó.
Se los llevaron en una camioneta de la explotación avícola que abandonaron a unos 80 kilómetros, en la localidad de Cúa (estado de Miranda), continúa Manuel Riveiro, quien asegura que la entrega del dinero del rescate se produjo en otro lugar, "a unos 100 kilómetros de allí". Aunque por la liberación exigían 5 millones de bolívares (algo más de 700.000 euros) la persona que recogió el dinero dijo "quedar conforme" con los 4,5 que sus familiares lograron reunir, agregó Riveiro.
Desde entonces, hace ya más de veinte días, esperan una buena noticia que no acaba de llegar. "Las autoridades en Venezuela no te hablan; 'tengan paciencia, sepan esperar' es todo lo que te dicen. Pero nada, no tenemos ninguna novedad", apuntó Riveiro, que no oculta su temor por el riesgo que corre la vida de su cuñado.
Tampoco puede disimular su profunda tristeza su mujer, Marcelina, que describe a su hermano menor como un hombre "muy trabajador", una "buena persona" que se hizo a sí misma y logró una buena posición económica "a base de años de esfuerzo y sacrificio".
Su familia en Gondomar -donde residen otros dos hermanos, Sergio y Delia, y su madre, con 103 años- confía en que Jaime y los dos trabajadores que le acompañaban en el momento del asalto se encuentren bien y en que las pesquisas que realizan los agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) del gobierno venezolano, que se ocupa de estos casos, logren dar con su paradero lo antes posible.
