Los cinco guardias civiles especializados en rescates de alta montaña que han sido desplazados a Nepal recorrieron ayer en helicóptero el valle de Langtang, en una primera inspección para conocer el terreno y preparar la búsqueda de los siete montañeros españoles desaparecidos en esa zona tras el terremoto. Su primera impresión no ha podido ser más desoladora. El valle presenta daños "gravísimos", según relató el teniente Fernando Rivero a José Manuel García-Margallo. El propio ministro de Exteriores señaló que, en base a los vídeos visionados, la situación es "terrible". Y es que el terremoto provocó una avalancha de hielo, nieve, piedras y lodo que barrió literalmente el valle "como una ola de barro". Hoy lunes se incorporarán al rastreo 7 guardias civiles más y 46 integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que tenían previsto llegar a Katmandú a lo largo de la noche pasada, tras una parada en Nueva Delhi. Y la cifra de españoles que siguen desaparecidos volvió a bajar: de los 35 del sábado a 21.

Los familiares de los asturianos Sabino Fernández, Ángel Hernández, Jesús Mosteirín y Egidio García -cuatro de los montañeros a los que se perdió la pista en Langtang junto a una pareja cántabra y una joven de Barcelona- viven con incertidumbre estas horas previas al inicio del rastreo en tierra, pero no pierden la esperanza. "Tenemos mucha fe en esta gente, se están jugando la vida y se van a dejar la piel por encontrarles", indicó Sheila Hernández, hija de Ángel. Están preocupados, pero el ánimo no decae, porque incluso ayer fueron evacuados por los indios una treintena de montañeros que estaban en el valle. El padre de la barcelonesa Roser Palau, mientras, ve "lenta" la reacción del Gobierno

Ayer se difundieron imágenes del estado en el que ha quedado Langtang, antaño un pueblo con 40 o 50 casas. La avalancha ha dejado hecha añicos la localidad. En ella se encontraron además medio centenar de cadáveres, según fuentes cercanas al Ejército indio. La entrada al valle, entre Landtang y Dhunche, está cortada por desprendimientos de rocas, que ayer comenzaron a ser retiradas, para dejar abierta la carretera.

Sobre el valle voló ayer el equipo del teniente Rivero, provisto de cámaras y una camilla de rescate. El objetivo era "bajar desde la parte alta (a 4.400 metros) mirando avalancha por avalancha" y localizar un lugar para establecer un campamento de trabajo para el resto de la expedición. Los guardias evitaron descender por su propio pie a la zona, al no cumplirse aún las condiciones de aclimatación a la altura.

Sigue muy al tanto García-Margallo, que rebajó ayer de 35 a 21 los españoles aún no localizados. El ministro volvió a mostrarse preocupado por el destino de los siete montañeros, garantizando que el equipo español "peinará todo el valle" para buscar a los españoles "sin olvidar a los demás de otras nacionalidades". Los guardias civiles comenzarán la búsqueda desde 3.800 metros de altitud e irán bajando hacia el valle, desde donde a su vez irán ascendiendo los militares.

Y la cifra de muertos en Nepal ya es de más de 7.200 personas. Pero aún hay milagros: el sábado se rescató con vida un hombre de 105 años bajo escombros de su casa.