España ha enviado a Nepal a un equipo de rescate para tratar de localizar a los 59 españoles que todavía permanecen en paradero desconocido tras el seísmo que afectó al país la semana pasada, según anunció el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo. Y la Unión Europea informó también ayer de que 12 ciudadanos europeos fallecieron debido al terremoto y de un millar más se ignora el paradero. La mayoría son turistas que estaban en la región montañosa de Langtang, un parque natural popular entre los senderistas que resultó muy afectado por el movimiento sísmico. Y mientras, el último recuento oficial de fallecidos por el terremoto, un balance aún provisional, supera ya el de 6.200 víctimas mortales. Y más de 14.000 heridos.

Los cinco guardias civiles que viajan desde España a Nepal para sumarse a las tareas de rescate aseguraban ayer antes de partir en vuelo regular que "siempre quedan las esperanzas de poder encontrar a la gente bien". Así lo señalaba el teniente de la Jefatura de Servicio de Montaña de la Guardia Civil Fernando Rivero Díaz. Nueve de los 59 españoles de los que aún no se sabe nada estarían en la zona más afectada por el terremoto de 7,8 grados de magnitud -entre ellos el grupo de cuatro montañeros asturianos-, en el parque natural de Langtang. "La prioridad se centra en Langtang", aseveró el ministro, donde, apunto, "hubo un hundimiento de las montañas del parque natural".

Este operativo de cinco agentes -especialistas en alta montaña y que forman parte del mismo equipo que fue a Marruecos para el rescate de los espeleólogos españoles- no será el único que viaje al país nepalí, ya que otros siete guardias civiles irán en una aeronave del Ejército del Aire. Y también se organizó la salida de un equipo de búsqueda y rescate de la UME, integrado por unos 40 militares, que llevará seis toneladas de material de ayuda. Sólo están a la espera de recibir la correspondiente autorización para aterrizar en Nepal.

Mientras la prioridad es hallar a las personas cuyo paradero ahora se ignora, el Ministerio de Asuntos Exteriores ya logró localizar a otros 509 españoles que estaban en el país en el momento del terremoto. García-Margallo también informó de la repatriación del cadáver de una española fallecida al sufrir un accidente en la zona "sin relación de causalidad con el seísmo". La mujer falleció a causa de un siniestro de tráfico por el mal estado de las carreteras.

Y el ministro también avanzó que ayer, tras días de gestión, España recibió de forma "absolutamente excepcional" la autorización por parte de las autoridades de Nepal "para que se pueda operar con helicópteros a título privado". Margallo agradeció la "sensibilidad" del Gobierno nepalí al dejar a España operar individualmente allí, autorización que por ahora solo tienen India, EE UU e Israel. Desde el ministerio ya se están haciendo gestiones con compañías privadas allí para operar con helicópteros de cinco plazas más el piloto.

Ayuda

Y mientras, la ayuda a los afectados comenzaba ayer a llegar a las zonas más golpeadas fuera de Katmandú, seis días después del terremoto que azotó Nepal, donde Naciones Unidas ha constatado que innumerables aldeas quedaron literalmente aplastadas. El número de víctimas sigue subiendo, con 6.250 muertos y 14.357 heridos.

El resto del mundo se enteraba por las imágenes que llegaban desde la capital nepalí de la tragedia del seísmo que asoló el país de los Himalaya, pero en las faldas de las montañas más altas del mundo el dolor se extendía sin que nadie pudiera llegar a socorrer a los damnificados hasta ahora. Los dramas no cesan, como el de Kumar Tamang. A lo que queda de la localidad de Harre regresó este joven albañil que estaba en Katmandú cuando ocurrió el terremoto que dejó sepultados a sus hijos de 9 y 5 años. El abuelo recuperó los cuerpos de los pequeños y se despidió de ellos con el rito hindú en una pira funeraria. "Su madre está en Kuwait, no lo sabe. Se lo diré pronto", afirmaba consternado el padre.

La ONU considera que la coordinación en la ayuda es cada vez más efectiva. En medio de la tragedia hay milagros, como las casi 400 personas halladas con vida en la "zona cero" del terremoto. En Katmandú, la sede de la constructora pontevedresa San José sigue acogiendo a turistas que se refugian en estas oficinas. Este seísmo es el de mayor magnitud en Nepal en 80 años.