La Guardia Civil mantiene cerrada la casa rectoral de Vilanova dos Infantes, en Celanova, y continúa la búsqueda exhaustiva de pruebas y pequeños detalles que ayuden a esclarecer la muerte violenta del párroco Adolfo Enríquez, de 77 años, así como el paradero de la Virxe do Cristal, una imagen diminuta y única en el mundo, emblema de esta localidad y símbolo identitario entre la colectividad de Celanova. Dos días después del hallazgo del cadáver, boca abajo y con sangre en la boca, los investigadores mantienen abierta la investigación en el interior de la rectoral. Buscan matices que ayuden a despejar los interrogantes abiertos alrededor del homicidio del párroco y desaparición de la virgen evitando con el precinto que se contamine el escenario del crimen. Aunque el arcipreste de Celanova, Cesáreo Iglesias, denunció formalmente ante la Guardia Civil el robo de la Virxe do Cristal, datada del siglo XVII, la imagen se encuentra oficialmente en "paradero desconocido". Fuentes del entorno del párroco reconocen que Adolfo Enríquez era muy cuidadoso con la custodia de la venerada imagen y que tenía varios escondites, por lo que no se descarta que pueda aparecer en cualquier momento.