El 'Coral I' , el buque pesquero apresado en aguas del Atlántico con 1.500 kilos de cocaína a bordo, ha tocado tierra hoy al atracar en el puerto de Las Palmas, a donde llega acompañado de por el "Petrel" del Servicio de Vigilancia Aduanera, que lo abordó el pasado día 5 a unas 80 millas al oeste del archipiélago africano de Cabo Verde. El "Coral I" es un pesquero de bandera venezolana, y a bordo viajan nueve tripulantes, todos ellos de esa misma nacionalidad que están detenidos a la espera de lo que decida sobre ellos el juez que instruye el caso.

El "Coral I" fue intervenido cuando supuestamente viajaba hacia Galicia con la droga, y pocas horas después de la intervención policial en alta mar se procedió en tierra a la detención de 10 personas, entre ellas el presunto jefe de la banda, el cambadés Rafael Bugallo Piñeiro, conocido por"Felo" y "O Mulo".

El abordaje de la embarcación se llevó a cabo el pasado 5 de enero en aguas del Atlántico sur por agentes del GEO de la Policía Nacional y agentes del patrullero de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria ´Petrel I´. La operación se ha saldado con la detención de otras 10 personas en tierra -9 en Galicia y 1 en Madrid-, dando por desarticulado un activo grupo de narcotransportistas así como el grupo responsable de la organización del transporte el estupefaciente. Entre el material intervenido hay una embarcación de 20 metros de eslora y motores de 2000 CV de potencia, oculta en una nave de Costa da Morte y lista para salir a la mar, que los arrestados habían camuflado bajo la apariencia de un pesquero. Es la primera vez que se interviene una embarcación de estas características.

Todo lo que podía ser visto desde el exterior había sido camuflado para que se asemejase a instrumentos de navegación y pesca, siendo en realidad elementos construidos en madera y fibra. Tanto el castillo de proa, como las antenas de radio, los aperos de pesca o la lancha salvavidas, solo pretendían dar la apariencia de que eran elementos normales en una embarcación pesquera. En realidad la embarcación estaba vacía por dentro y preparada para transportar bidones de gasoil (se han intervenido 6 de mil litros cada uno) y fardos de cocaína.

En el curso de distintas investigaciones - iniciadas por la Sección Norte de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional, con la colaboración de la Unidad Regional Operativa de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Galicia, y bajo la coordinación del Centro de Inteligencia Contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO)- enmarcadas en la operación denominada ´Visillo´ se tuvo conocimiento de la existencia de una embarcación cargada con droga que había zarpado de algún país sudamericano con destino a un punto del Atlántico. Desde allí se realizaría un transbordo de los estupefacientes a otro barco que, finalmente, introduciría la mercancía ilegal en las costas de Galicia.

La red de "O Mulo"

A las pocas horas del abordaje se puso en marcha un dispositivo en tierra quecondujo a la detención de otras diez personas y la realización de varios registros en tierra en las localidades pontevedresas de Vilagarcía de Arousa, Cambados y Vilanova de Arousa. Entre los registros destaca el realizado en la casa familiar de R.B.P., ´O Mulo´, una de las figuras históricas del narcotráfico en Galicia, que ha sido localizado en un zulo de su propio domicilio en el que se escondía, un tipo habilidoso en lo que a fugas se refiere.

El grupo de narcotransportistas que lideraba, uno de los más activos de los que existen en estos momentos en Galicia, disponía de una importante infraestructura marítima y contaba con personas con gran experiencia en el mundo del narcotráfico.

Con sus embarcaciones podían recorrer largas distancias y mantenían contactos con importantes proveedores de cocaína, como un conocido traficante colombiano que residía en Madrid y que se encontraba en busca y captura por anteriores operaciones de tráfico internacional de cocaína. Por su parte, los miembros de la organización colombiana también disponían de una oficina en Vilagarcía que mantenía un contacto directo tanto con los dueños de la droga como con los encargados de su recogida en alta mar.

La operación, que arrastra un año de trabajo, la desarrolló la Policía Nacional en colaboración con la Agencia Tributaria.