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Una investigación que ya está próxima a juicio

Un guardia civil de Mos afronta 9 años en el caso de la red de narcos del hijo del rey de los gitanos

La banda liderada por Marino J.G., quien se enfrenta a 12 años, cayó cuando pretendía robar cocaína a dos arousanos »La Fiscalía atribuye al agente una "función esencial" en el plan

Marino J.G., hijo del rey de los gitanos. // J.S.

Hace un año un operativo antidroga de la Policía Nacional asestaba en una gasolinera de Os Valos en Mos (Pontevedra) un golpe a un presunto grupo de narcotraficantes que planeaba robar un alijo de medio kilo de cocaína a dos arousanos. Al frente de esa organización cayó Marino J.G., un joven de 28 años y el más pequeño de los hijos del rey de los gitanos. Y con él, entre otros supuestos cooperadores, Enrique P.M., un guardia civil vecino de Vigo destinado en el puesto mosense que a juicio de la Fiscalía jugaba una "función esencial" en la banda y concretamente en el ilícito plan puesto en marcha, ya que iba a ser el encargado de "simular" un control policial fraudulento que permitiría apoderarse del estupefaciente, valorado en 56.600 euros, sin pagar precio por el mismo. Tras la investigación judicial, este caso ya está próximo a juicio. Y el fiscal delegado antidroga de la provincia pontevedresa, Luis María Uriarte, pide para las siete personas que se sentarán en el banquillo penas que suman 60 años y medio de cárcel y 1,1 millones en multas.

El hijo del rey de los gitanos afronta la mayor petición. Doce años de prisión y multa de 170.000 euros. Además del delito contra la salud pública y el de integración de grupo criminal que la Fiscalía le atribuye a él y a sus supuestos compinches, incluido el agente, Marino está acusado de tenencia ilícita de armas, ya que en el registro de su vivienda en Tomiño, además de un revólver de fogueo, apareció una pistola Taurus para la que carecía de licencia. El resto de supuestos miembros de su banda se enfrentan cada uno a 9 años y medio de cárcel y 160.000 euros de multa: son el guardia civil, entonces cabo con destino en Mos y de 46 años de edad; Marcos G.B., vecino de Tomiño de 36 años; Alfredo I.G., vigués de 56; y Alfonso P.C., vigués domiciliado en Gondomar de 33 años. Junto a ellos irán a juicio los arousanos a los que supuestamente iban a sustraer la droga: Modesto D.A., vecino de Dena de 34 años que es el único al que se atribuye reincidencia y para el que se piden 6 años de cárcel y 160.000 euros de multa; y Benito O.O., de A Illa y de 42 años, que afronta 4 años y medio de prisión e igual sanción económica.

Hechos

Tras meses de investigación por parte de la magistrada Marisol López, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de Vigo, el fiscal antidroga elaboró su escrito de acusación, con fecha del pasado noviembre. Y en el mismo concreta que en enero de 2014 Marino J.G., junto al agente así como Marcos, Alfredo y Alfonso, "formaban parte de un grupo de personas" que "con un claro reparto de funciones y cometidos", desarrollaron, refiere, "actividades tendentes a cometer un delito de tráfico de drogas con el fin de hacerse con una importante cantidad de cocaína, que destinarían al tráfico ilícito, repartiéndose entre ellos las ganancia económica que pretendían obtener". El hijo del rey de los gitanos, sostiene el Ministerio Público, "ocupaba una posición preponderante y jerárquicamente superior" en la red, mientras que el guardia civil, añade, "desempeñaba una función esencial" al proporcionar a la banda "su condición" de agente para cometer "las actividades ilícitas".

¿Qué tenía en marcha la banda? El fiscal concreta que los imputados diseñaron "un plan" encaminado a sustraer una partida de cocaína a otros narcos, es decir, obtenerla gratis. Y el grupo supuestamente planeó que Enrique P.M., aprovechándose de su "condición" de agente, simularía un control de la Guardia Civil que interceptaría en la carretera a los vendedores de la droga para así poder hacerse con el alijo.

El 15 de enero de 2014 fue el día señalado. Pero, tras alertar presuntamente el guardia civil de "dificultades" para desplegar el operativo policial fraudulento, se abortó hasta el día siguiente. Y así fue. Siempre según el escrito del fiscal, el día 16 Marino y Alfredo, en un Opel Astra, y Marcos y Alfonso, en un Audi A8, fueron a Poio. Allí era donde Marcos había quedado con los vendedores de la droga, los arousanos Modesto y Benito, que iban en un Volkswagen Passat e ignoraban la intención de los compradores de asaltarlos y conseguir así gratis el alijo.

Fue Marcos también quien se subió en el coche de los aurosanos para acompañarlos hasta el punto del intercambio, por lo que viajaron por AP-9 y N-550 hasta la gasolinera de Os Valos. Allí ya esperaba el guardia civil: conforme al plan, el agente, en coche oficial y uniformado, dio el alto al coche de los arousanos "exhibiendo su arma reglamentaria" con el fin de "sustraer" la cocaína que llevaban, dice el fiscal. Pero el asalto se frustró. La Policía Nacional, que iba tras los pasos de la banda, abortó el plan con un espectacular operativo y se incautó del alijo de 557 gramos de cocaína. Con el agente acusado estaba otro guardia civil, contra el que la causa se archivó al probarse que no estaba al tanto del ilícito plan en marcha.

Además de cárcel y multa, el fiscal solicita la adjudicación al Estado de los efectos y el dinero decomisado, entre ellos tres vehículos, 3.710 euros y más de una veintena de teléfonos móviles.

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