La Guardia Civil de Tráfico interceptó el domingo por la mañana un vehículo conducido por un menor de 16 años a quien su padre -que estaba sentado en el asiento del copiloto- había dejado al volante. El suceso, según apuntan desde la Benemérita, se produjo en la vía VG4 a la altura de Vilaboa, en el Corredor de O Morrazo y después de que el coche circulase de forma temeraria y dando bandazos por la autopista AP-9 en la zona del puente de Rande. La voz de alarma sobre este hecho la dieron varios conductores, que pusieron sobre aviso a las autoridades al detectar un comportamiento anormal a la hora de conducir.

Tras dar el alto, al turismo el padre del menor, que ocupaba el asiento del copiloto, manifestó que él había llevado el coche desde Vigo hasta Rande y que fue después cuando, al sentirse indispuesto, había cedido la responsabilidad de conducir el vehículo a su hijo. Ante lo extraño de la situación, los agentes de la Guardia Civil procedieron a practicarle al adulto la prueba de alholemia, que arrojó un resultado positivo, con cifras de 1,25 y 1,30 miligramos/litro, superando de forma bastante amplia el mínimo de 0,25 fijado por la ley.

El adulto es un varón que responde a las iniciales J.M.G.M. y que tiene 41 años. Es vecino de Bueu, y a la vista de las circunstancias, ha sido imputado por dos delitos contra la seguridad vial. Uno de ellos por haber conducido bajo los efectos del alcohol y el otro por entregar el coche a su hijo menor carente de permiso de conducir El hombre tendrá que comparecer hoy mismo en el juicio rápido que está previsto.

Según confirmó la propia Guardia Civil, este vecino de Bueu cuenta con antecedentes por otros delitos anteriores contra la seguridad vial. A raíz del último de ellos, tuvo el carné retirado por una sentencia judicial hasta el pasado mes de septiembre, cuando recuperó la licencia.

Por su parte, el menor tendrá que hacer frente a la acusación de un delito por conducir un vehículo sin carné, del que deberá responder ante la Fiscalía de Menores de Pontevedra.