Rosario Porto seguirá en prisión provisional hasta el juicio, igual que su exmarido Alfonso Basterra, y no disfrutará de privilergios especiales frente al resto de las internas por el hecho de defenderse a sí misma en la causa pro el asesinato de su hija Asunta.

La magistrada presidenta del Tribunal del Jurado ha vuelto a desestimar la libertad provisional de Rosario Porto, que alegaba problemas de salud y la prohibición de introducir en el penal de Teixeiro donde lleva ya un año aparatos electrónicos con reproducción de imagen y sonido que le permitan ejercer su defensa.

"Las alegaciones relativas a la salud de la acusada no pueden ser tomadas en consideración. Ninguna de ellas desvirtúa lo roznado en autos anteriores", expone el auto. "Es evidente que se sentiría mucho más cómoda y tranquilla fuera de la prisión, no obstante esa circunstancia no es motivo que aconseje alzar la medida cautelar", indica la magistrada. Expone que no existe "ninguna razón clínica" que determine que Porto deba recibir tratamiento en libertad y sostiene que persisten los riesgos de fuga esgrimidos en ocasiones anteriores para oponerse a su excarcelación.

La magistrada es contundente en relación a la posible vulneración del derecho de defensa si Rosario Porto sigue en prisión provisional. "Consideramos que no se produce vulneración alguna. Tal y como resulta de la respuesta del Centro Penitenciario, lo que solicitaba y se denegó es que pudiese introducir en el interior del centro aparatos electrónicos de reproducción de imagen y sonido. Lo cual no implica merma de sus derechos y garantías puesto que la acusada, además de ejercer su propia defensa, cuenta con asistencia letrada".

La Audiencia desestima pro tanto su excarcelación y advierte de que "el hecho de que la acusada ejerza su propia defensa no puede atribuirle ninguna prerrogativa de la que carece la generalidad de los internos".