La consternación y el dolor se adueñó ayer del cementerio de Nespereira, en Pazos de Borbén, parroquia en la que una mujer murió a manos de su marido el pasado martes en un nuevo caso de violencia machista en Galicia, en el que el hombre se quitó más tarde la vida tras golpearla y asfixiarla. Los vecinos, amigos y familiares acudieron allí para dar el último adiós a los dos vecinos de 81 -ella- y 79 años -él- que fueron enterrados juntos en un nicho familiar.

Los cuerpos salieron del tanatorio de Redondela en dirección a la parroquia de Pazos para ser enterrados a las 18.30 horas. Antes, el alcalde de la localidad, Andrés Iglesias, presidió un minuto de silencio en la casa consistorial en el que aseguró que estas muertes "nos golpean a todos y nos llaman a la reflexión". Sobre el entierro, concretó que "acudió una gran multitud" que quiso "apoyar a la familia en este momento tan duro", aseguró el regidor, que espera que este tipo de sucesos no vuelvan a producirse.

Los 11 hijos del matrimonio asistieron también a despedir a sus progenitores y estuvieron rodeados de toda su familia, sus amigos, vecinos y conocidos. A lo largo de la jornada de ayer se celebraron concentraciones en repulsa de la violencia machista en distintas ciudades, caso de Vigo.

En el minuto de silencio que se guardó en el Concello de Pazos fue el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Antonio Coello, quien expresó su "profundo pésame para la familia en estos momentos de dolor. Vaya para ellos mi pesar y mi tristeza para acompañarlos".

En este sentido, el subdelegado realizó un llamamiento "a todos las personas de bien y a toda la sociedad para seguir trabajando y luchando para erradicar una plaga que trastorna hasta lo más profundo de nuestra sociedad".