"Tenían todo planeado, conmigo no contaron para nada". Su nombre no aparecía en la esquela de la mujer con la que se casó en segundas nupcias en el 2000 en una boda certificada por la Iglesia pero que no fue inscrita en el Registro Civil "para que no nos quitaran la pensión, sobre todo la de viudez de ella; yo cobraba poco por invalidez". Camilo V.G. declaró ayer en el juicio contra los 8 hermanos de la mujer, de la zona de Celanova, por presunta estafa. Los culpa de arrogarse la declaración de herencia de la señora y omitir que existía el matrimonio -para ellos fue una simple misa- para quedarse con su patrimonio. Los cónyuges eran viudos. Entre ahorros, productos bancarios e inmuebles, el capital sumaba 385.000 euros.

Vecinos, familiares, allegados de ambas partes y hasta la peluquera de la fallecida comparecieron en la Audiencia ourensana. La defensa niega derechos al denunciante porque la pareja, según varios testigos, ya no convivía y la fallecida tenía otra relación.