La muerte de un vecino de la localidad coruñesa de Cabana, de 67 años, aplastado por su tractor mientras plantaba árboles en el monte eleva ya a seis las víctimas mortales en Galicia en apenas mes y medio. La cifra de fallecidos atrapados por estos vehículos pone en la picota la formación sobre su manejo y su seguridad. Los accidentes de tractores y chimpines son la primera causa de mortalidad agrícola desde hace años, pero las alarmas se han desatado con más fuerza ahora porque en apenas cinco semanas, desde el pasado 1 de julio, seis tractoristas fallecieron aplastados tras volcar su vehículo; casi la mitad de la media anual situada entre 15 y 18 víctimas

Mientras la Guardia Civil de Tráfico comprueba en la carretera si tractores y chimpines están al día en sus inspecciones técnicas y por lo tanto en condiciones idóneas para circular, las organizaciones agrarias reclaman ayudas de la administración para adecuar la seguridad del obsoleto parque móvil.

"Uno de cada tres tractores de los 130.000 que hay en Galicia tiene más de 20 años y carecen de las medidas de protección antivuelco e incluso arneses que los nuevos traen de fábrica. Necesitamos programas públicos para adecuarlos. Hay accidentes evitables con barreras antivuelcos, pero también se necesita mayor sensibilización por parte de los conductores", expone Antonio Ferreiro, coordinador de formación del Sindicato Labrego.

Desde la Consellería de Medio Rural son conscientes del problema, pero apuntan que la vigilancia y control de los vehículos -que pasan la ITV- corresponde a Tráfico. "No está prevista ninguna campaña especial. No tenemos competencia en el tema, pero sí abrimos todos los años líneas de ayudas para la renovación de la maquinaria", explica un portavoz.

El perfil medio de la víctima mortal en accidentes de tractor es el de un conductor de edad avanzada, que trabaja en terrenos irregulares con exceso de confianza y con vehículos poco estables. "Pero también sufren accidentes trabajadores jóvenes, como el vigués que falleció el lunes en Nigrán. Su tractor era nuevo, pero al parecer había retirado los sistemas antivuelco", resalta Ferreiro.

"Es una batalla a largo plazo. A las medidas de seguridad que habría que añadir a los vehículos más antiguos, hay que sumar formación, sensibilización e información para los agricultores. El hecho de que los medios de comunicación recojan estos accidentes contribuye a concienciar del riesgo y el peligro que conllevan, pese a la experiencia y la destreza de los conductores que a veces lo subestiman", apunta.

El responsable agrario reconoce que pese a las campañas formativas que realizan, entre 40 y 45 al año por toda Galicia falla la sensibilización. "La seguridad debe tomarse en serio. Todos sabemos la teoría, pero no siempre se pone en práctica. Estos accidentes demuestran que puede ocurrirnos a cualquiera. Por eso hay que extremar las precauciones", concluye.

Desde las organizaciones agrarias lamentan que no exista una estadística fidedigna del número de accidentes con tractores: "El 80% no se contabilizan porque ocurren en fincas particulares y no siempre se consideran accidentes laborales, por lo que ni Trabajo ni Tráfico los registran".