La ciudadana hispano-mexicana Estibaliz Carranza fue condenada ayer a cadena perpetua por el asesinato de su exmarido en 2008 y de un novio en 2010, a los que descuartizó y cuyos restos escondió en el sótano de la heladería que regentaba en Viena. El veredicto fue anunciado por un jurado en la Audiencia Provincial del Viena tras cuatro días de un juicio que comenzó con la acusada reconociendo los crímenes. La pena de cadena perpetúa dictada por la jueza del caso incluye el internamiento en un centro para criminales con desequilibrios mentales, ya que el peritaje consideró que, aunque es responsable de sus actos, padece grave trastorno de personalidad.