Una intoxicación por inhalación de humo acabó con la vida de una mujer de 80 años que dormía sola en su vivienda tradicional de la aldea de Rivela, en el municipio ourensano de Coles, la madrugada del viernes al sábado. Pilar Fernández García, viuda y con tres hijas, no pudo ser reanimada por los sanitarios ni por los familiares y vecinos que, en un primer momento, acudieron a su rescate al sobresaltarse por el ruido de las llamas. Una hija y un nieto se habían ido de la casa a última hora de la noche para dormir en otra enfrente, según Protección Civil. Junto a este caso en Ourense, durante la madrugada otras tres personas murieron por incendios en otros puntos de España: un hombre de 68 años y otro de 45 también al incendiarse sus domicilios en L´Hospitalet de Llobregat (Barcelona) y Portugalete (Vizcaya) y un paciente por el fuego en su habitación en una residencia de Guadalajara.

La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer las causas del suceso de Coles, que el 112 registró a las 05.17 horas de ayer, cuando recibió la llamada de un vecino alertando del incendio. Tras la primera inspección ocular y del testimonio de vecinos, la hipótesis que más se baraja es la de un fuego originado por un cortocircuito en el cableado de la parte superior de la habitación donde estaba la mujer, como sostenía también el alcalde, Manuel Rodríguez.

La anciana estaba en el suelo del dormitorio –en la planta superior de la casa– junto a la cama, lo que hace creer que pudo haber intentado huir pero no lo habría conseguido por la acción del humo concentrado en la habitación. Los vecinos sacaron a la mujer del interior y trataron de reanimarla. No fue posible. Los sanitarios del 061 movilizados solo pudieron certificar la muerte de la víctima por asfixia.

Guardia Civil, bomberos y Protección Civil acudieron al lugar. Tras el rescate de la mujer, los efectivos tuvieron que aplicarse a fondo para que las llamas no se propagaran a viviendas aledañas. El fuego afectó levemente a una, según el regidor. Los vecinos se encargaron de sacar las bombonas de butano de la vivienda –también se almacenaba leña– ante el riesgo de una explosión que causara una tragedia mayor. Cerca de las siete de la mañana, los equipos contra incendios extinguían el fuego, que destrozó casi por completo la vivienda, apuntalada por seguridad.

El ruido del fuego, que prendió en la uralita de la casa, alertó a los vecinos. "Pensé que eran unos petardos, me asomé a la ventana y vi que había llama y humo", manifestó uno de ellos.