El violento asalto a un chalé de la parroquia viguesa de Beade del que fue víctima un matrimonio jubilado, su hijo, su nuera embarazada y el niño de 3 años de éstos vuelve a juicio. Pero en el banquillo no se sentará la misma persona. La primera vista por este robo perpetrado por una banda de cinco encapuchados armados se celebraba en la Audiencia viguesa hace nueve meses. El acusado era un ciudadano rumano, Viorel Borduseanu, que pasó de enfrentarse a 40 años de cárcel a ser absuelto y excarcelado en tiempo récord. ¿La razón? El tribunal lo exculpó porque la identificación que hizo de él una víctima no ofrecía "fiabilidad". Ahora, concretamente la próxima semana, la sala acogerá un segundo juicio en el que el imputado es otro joven rumano sospechoso de haber participado en el atraco: se trata de Eugene M.S., de 22 años, que fue detenido un año después de los hechos y para el que la Fiscalía pide la misma pena de 40 años que había solicitado para el finalmente absuelto.

Este brutal asalto ocurrió la madrugada del 11 de febrero de 2010. Cinco encapuchados armados con una pistola y un cuchillo la emprendieron a golpes con el joven matrimonio formado por Sandra y Marcos, amenazaron con matar a su niño si no les decían donde estaba el dinero y antes de fugarse con el botín –que incluía más de 7.000 euros en efectivo– dejaron atados de pies y manos a esta pareja y a los padres de él, que vivían en el piso superior. Al menor los ladrones llegaron a ponerle una pistola en la cabeza.

Calificación

El juicio comienza el martes. Eugene M.S., al que le consta una condena por tentativa de robo, fue detenido cuando ya había pasado más de un año desde el asalto, en marzo de 2011, y está en prisión provisional. La Fiscalía solicita para él diez años de cárcel como presunto autor de dos delitos de robo con violencia e intimidación (los dos matrimonios residían en el mismo inmueble pero en pisos distintos), otros 24 años por cuatro delitos de detención ilegal y seis años más por dos delitos de lesiones. En total 40 años.

El ministerio público también pide que indemnice al joven matrimonio por las lesiones que sufrieron –además de por el valor de lo sustraído tanto a ellos como a la pareja jubilada–: Marcos presentaba traumatismo de globo ocular, traumatismo torácico y mandibular, cervicalgia y abrasión en las muñecas. Su mujer padeció contusión abdominal, sin repercusión en el embarazo, contusión facial y contusiones en el cuero cabelludo por los tirones de pelo de los que fue objeto. A ambos les quedó como secuela estrés postraumático "en grado máximo".

En contra del acusado, según revela la Fiscalía en su escrito, está que supuestamente hizo sendas llamadas desde dos teléfonos de su propiedad desde el lugar donde fue el asalto. Otra prueba es que tras el robo vendió presuntamente cadenas de oro robadas en la casa en un establecimiento ubicado en la calle Urzáiz.

Catorce meses en prisión por un atraco que no cometió

Viorel Borduseanu es el joven que resultó absuelto en el primer juicio. Desde su detención, este ciudadano rumano asentado en Vigo siempre insistió en su inocencia –con el apoyo de su familia–, llegando a protagonizar una huelga de hambre en prisión por este motivo. En la vista repitió que él no había participado en el asalto. Y la Audiencia finalmente lo exculpó. En tiempo récord, solo un día después del juicio, la sala lo absolvió y ordenó su excarcelación: el joven estuvo catorce meses en A Lama por este robo.

"Estoy contento de escapar de ese infierno, tenía mucho miedo a que me condenaran", manifestaba Viorel, tras obtener la libertad, rodeado de su mujer, su hijo y otros familiares.

La principal prueba que había en su contra, y que llevó a su arresto dos meses después del asalto, era la identificación que de él hizo una de las víctimas: la mujer lo señaló como el ladrón al que logró arrancar el pasamontañas en un forcejeo. Pero la Audiencia concluyó que había "dudas razonables" de la participación del joven en el robo porque ese reconocimiento no le ofreció "fiabilidad". Algunos rasgos físicos que dio del asaltante, por ejemplo, no coincidían con los de este hombre.

Mientras permaneció en A Lama, Viorel llegó a estar 57 días en huelga de hambre, mientras que su esposa y su madre se manifestaron ante los juzgados de Vigo defendiendo su inocencia. Tras la absolución, el abogado que lo representó reclamó una indemnización al Gobierno por el tiempo que estuvo en prisión. Esta petición aún no ha sido resuelta.