Un macabro halalzgo Ángel Lorenzo Barrios y Julia Lorenzo Diz dejan atrás tres hijos de 28 a 39 años de edad y una profunda consternación que no encontraba respuestas ni consuelo ayer en la pequeña aldea de A Veiga das Meás (Vilardevós), en la montaña del sur ourensano. La localidad, de unos cuarenta habitantes, quedó sobrecogida por un macabro hallazgo que, con algunos interrogantes y según una de las hipótesis principales que baraja la Guardia Civil sin descartar ninguna otra posibilidad, apunta a que el hombre, de 74 años, acabó con la vida de la mujer, de 65, antes de suicidarse. Los cadáveres se encontraban en la cama –ella totalmente tapada–, con un impacto de bala. El arma supuestamente utilizada estaba junto al cuerpo del señor. Nadie se explica los motivos ya que no constan enfermedades, trastornos ni problemas económicos, aunque personas próximas señalaron que "él era reservado y últimamente estaba muy apagado, pero aún así no me creo eso". "¡Estaban tan ben os dous e ían sempre xuntos", se dolía una vecina con incredulidad.

El septuagenario habría llamado la atención de sus vecinos para que descubrieran los cuerpos, como así sucedió finalmente. Al menos tres notas pegadas en el tablón de anuncios de la aldea y junto a la casa de un familiar anunciaban el trágico final del matrimonio. "Ángel y Julia están muertos en casa", resaltaban los papeles manuscritos presuntamente por él. Las hojas de papel fueron arrancadas de una libreta que fue hallada en la vivienda.

Dos vecinas entraron en la vivienda. El matrimonio vivía solo y yacía en la cama, en el piso superior. Sus tres hijos –dos varones y una mujer– residen fuera de Galicia, uno de ellos es guardia civil y otro trabaja como taxista. No había desorden en la casa. Las zapatillas y la ropa estaban perfectamente colocadas, según manifestaban los testigos. La señora estaba totalmente cubierta por una manta. Las notas para evitar "el miedo a que no los encuentren" y la elección de la cama como el "lugar menos traumático para hacer algo así", reforzarían la línea principal de investigación que hablaría de un homicidio seguido de un suicidio. "Él estaba de medio cuerpo y con sangre", señalaba una de las vecinas que los encontró.

"No tenían ningún problema que se supiera y se llevaban bien", declaraba Manuel Cardoso, alcalde de Vilardevós. El trágico suceso provocó escenas de dolor. Dos hermanos y una hermana de la mujer fallecida derrumbaron al llegar al lugar.

"Ángel y Julia están mortos na casa"

Llanto y desesperación. Una vecina que llevaba a los niños a la parada del autobús a las 8,45 de la mañana, encontró el inesperado mensaje en el tablón de anuncios, cerca de la vivienda de los dos fallecidos, en el centro de la localidad, en el espacio donde suelen colocarse los bandos municipales pero también las esquelas, hecho que encuadraría con la hipótesis principal. "Al principio pensé que sería una broma, una trastada", confesaba la joven que vio la nota manuscrita, Miriam de la Fuente. Ella y otra vecina, Sonia Pires, entraron en la casa. La puerta no estaba cerrada, las llaves estaban puestas por dentro y había un cristal roto. Esto llamó la atención de los investigadores, que se preguntan si ya se encontraba así con anterioridad o si el anciano se vio forzado a romperla tras regresar, siempre según una de las hipótesis, de colocar los anuncios.