La Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo abrió ayer el juicio oral contra siete presuntos integrantes de una red colombiana acusada de coordinar desde Vigo el envío de cocaína mediante envíos postales y correos humanos procedentes de Costa Rica y Colombia. Cada uno de ellos se enfrenta inicialmente a 7 años de prisión y multa de 547.372 euros.

Un acuerdo de conformidad con el fiscal llevó a tres de los procesados a admitir su culpabilidad, mientras que los otros cuatro, entre ellos el supuesto cabecilla Marvin G.P. optaron por defenderse en la vista oral. No obstante, si finalmente se retira la acusación de cantidad de notoria importancia par ala droga intervenida y las penas se dejan en seis años o menos, algunos de los acusados podrían sumarse al acuerdo de conformidad, ya que la condena podría canjearse por la expulsión inmediata de España. El supuesto cabecilla del grupo no quiso responder al fiscal y negó ayer conocer a dos de los imputados que conformaron la pena, Norman y Patricia T.B. (detenida en Barajas con la droga). Ambos negaron también conocerle.

La Fiscalía sostiene que la red de narcotraficantes colombianos, todos ellos de Buenaventura (Cali), estaba extendida pro toda España y coordinaba desde Vigo la distribución de unos kilos mensuales de cocaína en envíos postales y correos humanos.

La operación, desarrollada por Greco Galicia en octubre de 2009 se cerró con 9 detenciones en Madrid, Granada y Valencia, entre ellos un menor –enlace con los cárteles colombianos– que ya fue juzgado en Madrid. La investigación se inició al detectar a una organización colombiana que pretendía introducir un importante alijo de cocaína pro vía marítima en un contenedor procedente de Venezuela que debía desembarcarse en el Puerto de Vigo. La recepción, según el escrito de acusación, de la droga correspondería a Marvin G.P., pero la droga no pudo intervenirse "debido a la subrepticia manipulación del contenedor en el puerto de Vigo con carácter previo a su registro el día 5 de agosto de 2009".

Varios de los procesados, entre ellos el presunto cabecilla, se trasladaron después a Levante tras vivir una temporada con otros familiares en Ponteareas, y, según el fiscal, formaban una red de recepción y distribución de cocaína que llegaba desde Sudamérica por distintas vías: en contenedores, oculta en envíos postales ordinarios desde Sudamérica e incluso traída personalmente a través de correos. Así, se les intervino droga oculta en el interior de un marco, y en varios envíos.

El juicio continuará hoy con la declaración del resto de los acusados y la escucha de las grabaciones telefónicas que no pudieron oírse ayer al presentar problemas técnicos.