Marta Pérez Triviño, la madre de Isaac, uno de los dos jóvenes asesinados por Jacobo Piñeiro, se quedó quieta tras la lectura del veredicto. Después, cuando le explicaron que el jurado le declaraba culpable de los asesinatos y el incendio, se abrazó a sus allegados entre lágrimas y mostró su alegría porque "al fin se ha hecho justicia". Y es que ante la ausencia de familia del joven brasileño Julio Anderson, ella ha luchado durante estos cuatro para que el doble crimen no quedara sin castigo.

"Se ha hecho justicia. Se demuestra que mi hijo no era ni un violador ni un asesino, sino la víctima, en contra de lo que pretendía Jacobo Piñeiro. Mi hijo era gai, pero una buenísima persona, igual que Julio. Ahora está claro quien es el asesino: Jacobo Piñeiro, y encima parece que le da igual porque ha escuchado el veredicto con una sonrisa cínica".

Marta Pérez, que se declaró "agotada" confía en que el magistrado imponga ahora al asesino de su hijo "la máxima pena", para que "se haga un poco mayor en la cárcel". Al ver como Jacobo Piñeiro salía libremente a la espera de que se dicte sentencia, la madre de Isaac no pudo evitar decir: "Mirarlo, ahora se va tan contento a comer a su casa. Mi hijo y Julio están en el cementerio. Nadie me los va a devolver". Confía en que las fuerzas de seguridad vigilen a Jacobo Piñeiro para que no huya antes de que se dicte sentencia y vuelva a prisión.

El abogado de la acusación particular, Tomás Santodomingo, hizo una valoración satisfactoria del veredicto: "pro fin se ha declarado a Piñeiro culpable de dos asesinatos y un incendio, y el jurado ha reconocido el ensañamiento reflejando que Isaac y Julio eran las víctimas y el acusado no tuvo que defenderse de ningún ataque de ellos".

El fiscal, por su parte, también acogió con satisfacción el veredicto pues "asume las pretensiones de la Fiscalía íntegramente", a la vez que resaltó que "tenemos que alegrarnos de la responsabilidad de los ciudadanos que conforman el jurado".