Alejandro de Abarca, "El Enano", que está acusado de asesinar en Mallorca a Ana Niculai, confesó que mató a la joven rumana con una inyección de heroína antes de tratar de destruir pruebas quemando su cadáver en el coche en el que la había secuestrado. Pese a que tras su detención se negó a declarar y se confesó inocente, acabó admitiendo lo ocurrido ante la juez: según su relato, secuestró a la víctima en un parking, la metió en el coche y se la llevó a un poblado a comprar droga. Para robarle el vehículo, contó, le metió "un chute de heroína" que terminó con la vida de la joven, aunque señala que su intención no era matarla.

Tras declarar en el juzgado –a la salida fue increpado– la juez se desplazó con el homicida confeso hasta la zona donde supuestamente mató y quemó a su víctima para tratar de reconstruir las circunstancias en que se produjeron estos hechos. La magistrada lo envió a prisión.