Luis Manuel Conde Failde, que en la tarde del lunes asesinó a su antigua amante, Fabiola Mariana, en un área de descanso de la autopista AP-9 en la localidad pontevedresa de Vilaboa, se entregó en el cuartel de la Guardia Civil de Cambre, tras recorrer más de 130 kilómetros con el cadáver, porque estaba convencido de que las autoridades lo iban a detener.

Al entrar en las instalaciones del Instituto Armado en O Temple, confesó el crimen al agente de guardia con total serenidad. Ante lo rocambolesco de la historia y la actitud tranquila del imputado, el guardia decidió acompañar a Conde hasta el coche, que había aparcado en la puerta del cuartel, y atónito descubrió el cadáver de la víctima, una mujer brasileña que residía en Oporto, colocado en el asiento de la parte posterior.

Las dos grandes heridas provocadas por las puñaladas asestadas por el arrestado en la parte superior del tórax evidenciaban el fallecimiento, por lo que el agente ni siquiera necesitó abrir el vehículo. Inmediatamente le colocó las esposas al imputado y lo llevó ante su superior.

A pesar de considerar que la mujer ya había fallecido, los agentes solicitaron la presencia de los servicios sanitarios. Fuentes de la investigación sospechan que, por la profundidad de las heridas, Fabiola Mariana falleció en el acto.

Luis Manuel fue puesto a disposición judicial y prestó declaración en el edificio de los Nuevos Juzgados de A Coruña, donde el procesado confesó todos los detalles del crimen ante un juez. Esta declaración coincide con los resultados que está arrojando la autopsia, por lo que no se considera necesaria la reconstrucción de los hechos y no se realizará, a menos que así lo solicite el fiscal. Los forenses llevaron a cabo la autopsia del cuerpo el martes, aunque todavía no se dispone del informe definitivo, a la espera del análisis de los restos biológicos.

Según el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia el juzgado de Violencia sobre la Mujer autorizará hoy la repatriación del cuerpo de Fabiola Mariana, de 30 años, que residía en la localidad lusa de Vilanova de Gaia, en las afueras de Oporto.

Por su parte, Luis Manuel Conde Failde ha ingresado en el centro penitenciario de Teixeiro y permanecerá en prisión preventiva sin fianza hasta que termine la instrucción el caso y se celebre el juicio.

Aunque las primeras decisiones judiciales se adoptaron en los tribunales de A Coruña, el lunes se decidirá qué juzgado tiene la competencia del caso, ya que cabe la posibilidad de que sea trasladado a Cangas, partido judicial al que pertenece Vilaboa, donde ocurrió el crimen.

Una disputa por la custodia de la hija de ambos es el posible motivo del crimen. Víctima y asesino viajaban juntos hacia Cambre, después de que Conde le dijera a Fabiola que no le iba a devolver a la menor, que estaba en la casa de los abuelos paternos en O Temple. El hombre inició su viaje a Oporto para hablar con la madre con los dos cuchillos con los que la mató.

En Cambre ayer no se hablaba de otra cosa. En la parroquia de Cela, donde reside Luis Manuel Conde Failde con su mujer, la sorpresa todavía era mayor. Los vecinos comentaban que "Conde", como era conocido en la zona, aparentaba ser una persona tranquila que no se relacionaba demasiado. A sus conocidos les llamaba la atención que no bebía ni una gota de alcohol. "Ni siquiera en las celebraciones", comenta una mujer en el mesón próximo a su casa.

"No paraba mucho por casa", comentan vecinos del edificio en el que vivía con su mujer y los dos hijos del matrimonio: una niña de 12 años y otro de 9. Su mujer, con la que mantenía una relación cordial pero no sentimental, conocía la existencia de la asesinada, Fabiola Mariana, y de la hija de cinco años que el presunto homicida tenía con ella. Conde se lo había contado a ella y a su hija de 12 años cuando volvió de su viaje a Brasil, en el que conoció a la víctima e inició una relación sentimental con ella. A pesar de saber de la existencia de su tercera hija, la familia no la conocía. El pasado fin de semana fue la primera vez que la menor viajó a Cambre. Aunque Conde es originario de Oviedo, vive desde hace años en la localidad coruñesa, donde también residen sus padres.

Tras lo sucedido, técnicos de servicios sociales del Ayuntamiento de Cambre se desplazaron al centro cambrés donde estudian los dos pequeños con el objetivo de que les explicara la situación un profesional. La madre y los dos niños se trasladaron a la casa de unos amigos en Madrid.