“Comíamos huevos de gaviota”: cuando la vida en las Cíes era de película

El proyecto de recuperación del cine familiar de las Illas Atlánticas continuará abierto indefinidamente. Se buscan especialmente películas domésticas de Ons, Sálvora y Cortegada

Divertida imagen capturada de una de las películas en super-8 de las Cíes.

Divertida imagen capturada de una de las películas en super-8 de las Cíes. / Cinema Náufrago

Rafa López

Rafa López

“Probamos a comer gaviota, pero es como comer un trozo de caucho: imposible”. Es uno de los testimonios recogidos por el proyecto Cinema Náufrago, que recupera películas domésticas filmadas en las Illas Atlánticas (Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada) entre las décadas de los 50 y los 90 del siglo pasado, así como sus historias asociadas. Sus responsables, Sara Blas Bolonio y Pablo Gómez Sala, han decidido que continúe abierto de forma indefinida. Están seguros de que en los trasteros de muchas viviendas se guardan verdaderos tesoros de patrimonio cultural que terminarán aflorando tarde o temprano.

“Es algo tan bonito que nos pareció una pena cerrarlo, vamos a tenerlo abierto para siempre”, cuenta a FARO la antropóloga Sara Blas. Oficialmente, este proyecto audiovisual, subvencionado por la Xunta, finalizó hace meses, pero van seguir recogiendo material. Quienes tengan películas familiares rodadas en las Illas Atlánticas, no importa si viven fuera de Galicia, pueden colaborar donando sus imágenes al Centro de Interpretación do Parque Nacional Marítimo Terrestre das Illas Atlánticas. A cambio, recibirán de forma gratuita una copia digital escaneada en resolución 4K, junto con la devolución de las películas originales. La información de contacto está en cinemanaufrago.gal, donde se alojan las filmaciones, principalmente en super-8.

“Aparte de conseguir colecciones y digitalizarlas, el trabajo más técnico, hemos grabado entrevistas para conocer las historias de vida asociadas a estas personas y a sus películas”, cuenta Sara Blas, que subraya el valor antropológico de unos relatos “que también hay que preservar y enseñar”.

La vida en Cíes era de película

La vida en Cíes era de película / Rafa López

Entre el material rescatado y que se puede ver en la web cinemanaufrago.gal está el del pintor gallego Xavier Pousa (Goián, 1931-Vigo, 2000), cuyo legado audiovisual de más de 10 horas de duración ha sido aportado por su familia al Museo Online de Cine Autobiográfico (MOCA), dirigido por Pablo Gómez Sala. Entre las imágenes filmadas en super-8 en las décadas de los 60 y los 70, y en las que aparecen destacados intelectuales gallegos, algunas fueron incluidas en Cinema Náufrago al estar rodadas en las Cíes. Allí, en una casa que les cedieron, pasó el verano de 1969 el célebre paisajista con su esposa, Carmela Arbones, y su hija, que cumplió un año allí. Con ellos, el escultor Manuel Buciños –que aún vive y es el autor de seis figuras que coronan el teatro Afundación de Vigo– junto a la esposa de éste y la hija de ambos, de solo seis meses de edad.

La vida en Cíes era de película

La vida en Cíes era de película / Rafa López

“Llevamos potitos de comida para los niños, latas de conserva, velas... allí no había nada –recuerda en una de las entrevistas la viuda de Pousa, Carmela Arbones–. No lo pensamos. Aun ahora, que hay de todo, no se me ocurriría. El barco solo iba una vez a la semana. Jugábamos a las cartas a las 10 de la noche con una velita (...) Me dio un cólico y estuve una semana tirada sin tomar ninguna medicina”. El gran impresionista gallego aparece con una tupida barba junto a Buciños, entonces treintañero, escalando las rocas con el torso desnudo y fumando en pipa.

Otro testimonio de gran valor es el del policía jubilado José Manuel Taboada, que en los 80 elaboró, por encargo del gobernador civil, la normativa de la playa nudista de los Alemanes, o playa de Figueiras. “Ya de estudiante, en los años 66 y 67, oí hablar de que iban chicos y chicas y se bañaban desnudos en las Cíes (...) Se decía que en los 50 era casi exclusiva de una familia alemana que iba allí (...) El gobernador civil, creo recordar que era Jorge Parada, pidió un informe a la comisaría por si daban permiso a la playa de los Alemanes. El informe consistió en decir si reunía las condiciones para ser playa nudista. Quedaba un poquito escondida a la vista de la gente (...) Se bañaban padres, hijos, abuelos... no había ningún problema de convivencia”.

Aunque el relato más extenso y detallado ha sido el ofrecido por Xosé Antón Pontevedra. “De pequeño estuvo viviendo los tres meses de verano durante diez años. Está muy metido en su biografía”, comenta Sara Blas. Su testimonio está dividido en varios clips breves que conforman un verdadero tratado etnográfico. “Comíamos huevos de gaviota. Fritos, en tortilla... como un huevo de gallina. Saben a pescado. Tenías que tener cuidado porque las gaviotas se te echaban encima”, cuenta en uno de los vídeos, y añade que trataron de comer carne de esta ave, pero era muy dura. “Lo intentaron soldados del ejército en un simulacro. Dejaron a siete individuos en Cíes para que se buscaran la vida, quisieron comer gaviota y no pudieron”, destaca. Desgrana también sus memorias de los (pocos) habitantes de las islas ("el más sociable se llamaba Benedicto, y Del Riego tenía casa"), que vendían o regalaban verduras de sus huertos, y del guarda, llamado Jesús: “Era muy afable, tenía las Cíes controladas y muy bien cuidadas; marcaba dónde se podía acampar y dónde no. Tuvo un accidente con un tractor en el muelle de Carracido y falleció. A partir de ahí, las Cíes se murieron”, opina.

Uno de los propósitos de mantener el proyecto abierto es digitalizar películas de Ons, Sálvora y Cortegada, mucho más difíciles de encontrar. De hecho, se ha hecho una excepción a la norma del super-8 y se ha digitalizado material en vídeo VHS de principios de los 90 en el que aparece Ons. “Estoy segura de que acabarán apareciendo –apunta Sara Blas–. Hay que darle tiempo, pero también urgencia, porque las películas siguen ahí, pero, sin la gente que las filmó, las historias asociadas a ellas se pierden”, advierte la antropóloga.

Como muchas otras películas con secuela, esta también "continuará".

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