Un 2,8 % de los gallegos sufren baja visión, una discapacidad visual incorregible

Ni lentes, ni fármacos, ni cirugía la subsanan | Las “apps” sirven de ayuda

Redacción

El universo de la salud visual encierra uno de los problemas de visión más importantes de la actualidad y, a al vez, menos conocidos, la baja visión. Según informó ayer el Colexio Oficial de Ópticos Optometristas de Galicia, un 2,8 % de los gallegos sufren esta discapacidad visual. Se trata de una pérdida importante de la capacidad o del campo visual que no se puede corregir con gafas, lentes de contacto, cirugía o con tratamientos farmacológicos.

El Colexio de Ópticos señala que esta discapacidad visual acarrea grandes dificultades para realizar tareas cotidianas a las personas que la padecen. Además de su carácter irreversible, se distingue por ocasionar diferentes grados de pérdida visual, dando lugar a una agudeza visual inferior al 30% de visión y/o limitar el campo visual por debajo de los 20º.

Más de 135 millones de personas sufren baja visión en el mundo, 20 millones en Europa, cerca de 2 millones en España, y un 2,8% de la población de Galicia, unas 75.000 personas, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El Colexio de Ópticos, haciendo referencia a estudios de diferentes expertos, estima que el número de afectados podría triplicarse antes de 2050 debido a patologías derivadas de una alta miopía, que afecta actualmente a siete de cada diez jóvenes en España.

El óptico optometrista Adrián Pérez Baladrón (Vigo, 1989), especialista en Baja Visión y profesor asociado de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), participó el pasado año en el Congreso Latinoamericano de Baja Visión, que se celebró entre el 7 y el 10 de diciembre en Buenos Aires.

“Aunque los avances médicos están siendo notorios a lo largo de los últimos años, todavía existen numerosas patologías que causan baja visión que no tienen una cura definitiva, como puede ser la degeneración macular asociada a la edad, el glaucoma o la retinosis pigmentaria –explica Pérez Baladrón–. También sabemos que la mayoría de estas enfermedades tienen lugar en personas mayores y, como la esperanza de vida va en aumento, se prevé que haya cada vez más casos”.

Entre sus conferencias en Buenos Aires, el óptico vigués ofreció una ponencia sobre las aplicaciones móviles y los últimos dispositivos tecnológicos para pacientes con discapacidad visual. Tras contactar con diferentes asociaciones de pacientes con baja visión y con sus propios pacientes para preguntarles directamente qué aplicaciones les eran más útiles, y sus pros y contras, el optometrista concluyó que las apps más utilizadas son las integradas en el teléfono –Siri, Google Asistente, Voice Over, Talk Back–, además de SEEING AI, Be My Eyes, Prizmo Go, Lazarillo, Moovit, Around me y Navilens.

Muchos de los pacientes le dijeron que echaban en falta una app para cuando se dirigen a realizar gestiones en las administraciones públicas, por ejemplo, cuando van al médico y su turno sale en una pantalla que no pueden leer. “La tecnología avanza constantemente a pasos agigantados y en los últimos años se han desarrollado dispositivos y aplicaciones electrónicas para mejorar la calidad de vida de los pacientes con Baja Visión. Los ópticos optometristas debemos seguir el ritmo para ayudar de la mejor manera posible a quién sufre un problema de baja visión”, concluye Adrián Pérez Baladrón.