Rafael Alonso, el ajedrecista de la acuarela

Cincuenta piezas, pertenecientes a la familia, forman la exposición que alberga la Sede Afundación de Vigo

Teresa Pérez, viuda de Rafael Alonso, posa delante de una de las obras de la exposición.

Teresa Pérez, viuda de Rafael Alonso, posa delante de una de las obras de la exposición. / Marta G. Brea

Medio centenar de obras devuelven el protagonismo al artista Rafael Alonso (Pontevedra, 1924-1995) en el centenario de su nacimiento. Se trata de piezas pertenecientes a la colección privada de su viuda, Teresa Pérez, y de sus hijos Gabriel y Miguel, compuesta por acuarelas, óleos y dibujos, y que ahora se reúne en “Recordando a Rafael Alonso”, exposición con venta que se inauguró ayer en la Sala de Exposiciones I de la Sede Afundación de Vigo y que permanecerá abierta hasta el día 29 en horario de tarde, de lunes a sábado.

Según la viuda del artista y comisaria de la muestra, no se trata de una antológica, ya que las obras expuestas pertenecen exclusivamente a la familia y no se han solicitado piezas pertenecientes a otras colecciones. “Dos o tres años antes de morir, Rafael organizó tres antológicas: en Vigo, Madrid y A Coruña, como algo premonitorio de que se iba a morir”, comenta.

Hacía más de veinte años que la familia de Alonso no organizaba una exposición sobre el prolífico artista, cuya obra está presente en muchos de los salones de los amantes del arte de Vigo, ciudad donde se trasladó a vivir en la década de los sesenta y en la que llegó a tener un taller de ebanistería, que se mantuvo abierto varios años. “Es la mejor forma de conmemorar su centenario de su nacimiento”, sostiene.

Alonso pintaba todos los días, hasta el punto de que perdía la noción del tiempo. según su viuda. “Su trabajo era su gran pasión”, afirma Pérez, que añade que la segunda era el mar, su temática predilecta. “Hemos regateado juntos desde Baiona durante veinte años”, rememora.

Con obra en numerosos museos y colecciones públicas y privadas, Alonso destacó especialmente en la acuarela. De hecho, está considerado el mejor acuarelista gallego. Solía pintar en el espacio máximo que permite esta técnica (70 x 100), con pinceladas “decididas y amplias” y con un dibujo previo casi inexistente. “Siempre comentaba que cada acuarela era como una partida de ajedrez: única y sin posibilidad de retorno”, explica.

La exposición de Vigo incluye, entre otras temáticas, bodegones, retratos, desnudos y paisajes. En cuanto a los dibujos, hay muchos de su época de París, donde residió dos años en la década de los cincuenta becado por la Diputación de Pontevedra.

Luis Carlos de la Peña, economista, político y escritor, autor del libro “El pintor Rafael Alonso en Baiona”, que recoge la presencia del artista en este municipio pontevedrés, presentó el acto de inauguración.