Entrevista | Xoel López Cantautor

“Vivimos en un mundo de postureo y yo siento que tengo que buscar la verdad”

“Procuro que la caída sea menor pero la vida me sorprende con nuevos conflictos”

Xoel López.

Xoel López. / Sergio Albert

Mar Mato

Mar Mato

Xoel López acaba de estrenar nuevo disco, “Caldo espírito” (Esmerarte). El amor, la búsqueda de la verdad, ser genuino por encima de todo y la importancia de la espiritualidad atraviesan el álbum que el 29 de noviembre presenta en el WeZink Center en Madrid, la única fecha para este año, tras triunfar este verano en festivales.

–“Caldo espírito”. Curioso título y no tiene nada que ver con lo gastronómico.

–No. Caldo viene del italiano y significa caliente y espírito es en gallego y es espíritu. Al ser un título en dos lenguas plantea que el disco va de varias cosas y diferentes lugares; se muestra con la idea de jugar con las lenguas al igual que juego dentro musicalmente. El significado va en contraposición de un mundo en el que falta espiritualidad. Lucho contra lo frívolo de la sociedad y lo hago con la música.

–¿Es difícil para usted disociar Deluxe de Xoel?

–Tiene algo de dualidad, casi de doble personalidad, pero me sale con naturalidad. La gente a veces se sorprende porque recuerdo canciones de hace tiempo que a lo mejor toqué hace 20 años... Cuando saco un tema y lo incorporo a mi imaginario, llega a él para siempre. Cuando nos reunimos este verano para trazar el repertorio de Deluxe en los conciertos yo ya tenía todas las canciones en mi cabeza. Para mí, son himnos, canciones que crecieron dentro de mí.

–En el tema “Albatros” señala que ya no pertenece a este tiempo. ¿Es filosofía o crisis de la verdad?

–Es un tema que habla de muchísimas cosas a la vez. Por eso, está de primero en el disco, revela la filosofía de vida que tengo en un momento dado. Yo no me siento parte de este mundo a veces; otras me siento parte total. Es importante cantar los momentos en los que no encajas. Las canciones no salen de los momentos en los que formas parte. Normalmente, compongo desde el conflicto. Las canciones hablan más de lo que quiero cambiar. “Albatros” trata la hipercomunicación, pero también de sentir la libertad y romper con el mundo a veces, soltándose de la nave para no pertenecer siempre a todo con una individualidad bien entendida. Habla de tener pensamiento propio y de que puedas volar libre como un albatros pensando por tu cuenta aunque siempre estemos observados.

–A lo largo de su vida, ¿le ha sido difícil no encajar en el molde?

–Sí, totalmente. Musicalmente, siempre entendí que estaba a mi bola pero hay mucha gente así, con su idea de la música; pero hay otra que está esperando qué hacer para ejecutarlo. Yo nunca pregunté a nadie. Cuando tocó marchar a América o cambiar de estilo, meter vientos entre los sonidos o percusión o estilos no de modas, cantar en gallego... lo fui haciendo atendiendo a necesidades mías personales. Es algo que tiene su coste.

–Escucho “Esto no es amor” de este disco y la mente conecta con un clásico de su repertorio, “Historia universal” (El amor no es lo que piensas).

–¡Está muy bien esa conexión! Es posible que sea la versión 3.0. “Esto no es amor” sigue hablando del amor sano respecto de lo que no es. En el disco en general se habla mucho de lo que parece y de lo que realmente no es. Las letras intentan entender cuál es la verdad de las cosas más allá de lo que parecen. Vivimos en un mundo en el que todo es postureo, aparentar, y la gente a veces llega a aparentar lo que siente. Yo siento la necesidad de buscar la verdad por debajo de todo eso. Es algo que no puedo evitar.

–Precisamente, en “Glaciar” se pregunta si le querrían “igual tumbado en el ring”.

–Son las grandes pruebas de fuego. En la amistad, igual. Mientras todo está bien, todo el mundo es genial; pero cuando llegan los problemas, ¿a quién tienes al lado realmente? Es lo que plantea la canción pero lo pregunta de manera dulce: ¿tú eres una persona en la que puedo confiar? Es una pregunta bonita pero dura.

–¿Con la edad vamos aprendiendo a caer o morimos sin aprenderlo?

–Para mí, es un camino que no acaba nunca. Siempre busco que la caída sea menor pero siempre tienes nuevas aventuras y caídas. La vida te sorprende con nuevos conflictos. La vida es elevarse y caer, una búsqueda infinita.

–En sus conciertos, hay gente de todas las edades pero muchos jóvenes. ¿La canción para la serie “El desorden que dejas” fue la clave?

–No tengo una respuesta clara. Fue un poco todo. Mi música no es generacional, no es la música del momento y la pueden escuchar personas desde 15 a 70 años.

–Cierra el disco con “Xiana”, una canción sobre su alter ego no nacido. Leí que le iban a llamar así antes de nacer.

–Habría que analizarlo con psicoanálisis. Tiene tela cantar a la niña que yo estaba predestinado a ser. La escribí en gallego y es un diálogo conmigo y con una parte de mí. A vedes, es como si le hablase a una hija porque doy consejos pero hablo del mundo alrededor. La última frase del disco es “Olla o mundo ao teu redor”, mira el mundo a tu alrededor.

Suscríbete para seguir leyendo