¿Y por qué esta obsesión por la X?

La letra ha estado presente en la fulgurante trayectoria del empresario, desde el Model X de Tesla hasta la compañía aeroespacial SpaceX, pasando por el nombre su sexto hijo, X Æ A-XII

La nueva denominación y logotipo de Twitter, “X”, en un portátil y un teléfono móvil. |   // DPA

La nueva denominación y logotipo de Twitter, “X”, en un portátil y un teléfono móvil. | // DPA / C.P.B.

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A principios de 1999, Elon Musk se enamoró. No de su pareja, ni de una tecnología, sino de la antepenúltima letra del abecedario. Con 28 años y más de 22 millones de dólares en el banco, el joven inversor trabajaba entonces en la creación de una nueva y revolucionaria plataforma financiera online. Reunido con sus compañeros en un bar de la ciudad californiana de Palo Alto, le preguntó a la camarera qué nombre le gustaba y ella respondió x.com. “Elon golpeó la mesa y dijo: ¡Entonces ya está!”, explicó en 2016 la ejecutiva Julie Anderson. Veinticuatroaños después de aquella escena, Musk anunció ayer la defunción de la marca Twitter y el nacimiento de X.

El nuevo nombre de Twitter lleva meses fraguándose. El 12 de abril, Musk informó a los tribunales que había rebautizado la compañía como X Corp. y que había desplazado su domicilio fiscal hasta el estado de Nevada, según documentos legales a los que The Wall Street Journal tuvo acceso. Esta, a su vez, está bajo el paraguas de la matriz X Holdings Corp. Aunque no colgará del mismo conglomerado empresarial, Musk también ha fundado una startup dedicada al desarrollo de sistema de inteligencia artificial (IA) llamada xAI. Aunque se desconocen muchos detalles sobre cómo será la mutación de Twitter, el golpe de timón de Musk mira hacia el futuro y el pasado a la vez. Futuro porque cree que la industria tecnológica se encamina hacia ese modelo de app todoterreno, acierte o no con su visión.

El origen de X

Pasado porque el nuevo nombre de la red social, X, supone para él un ejercicio de nostalgia, un regreso a sus inicios como emprendedor. ¿De dónde viene esa filia? Pocos meses antes de encontrarse reunido en ese bar de Palo Alto, Musk vendió su primera empresa, Zip2. La operación le convirtió en un millonario con ganas de transformar el mercado financiero. De ahí nació la idea para crear X.com, una plataforma para el usuario corriente pero también para la gestión de fondos de inversión que se convertiría en uno de los primeros bancos de internet. En marzo del 2000, Musk llegó a un acuerdo para fusionar su compañía con Confinity, su principal rival, y fue nombrado su director ejecutivo.

Sin embargo, la relación entre ambos equipos fue problemática. Uno de los muchos motivos de tensión era el nombre de la nueva compañía. A Musk le gustaba X.com, pero a los demás les parecía un nombre arriesgado por su fácil vinculación con el porno. Mientras se encontraba de luna de miel con su primera esposa, Musk fue destituido y su lugar lo ocupó Peter Thiel. En 2001, la empresa fue rebautizada: había nacido PayPal.

Aunque mantuvo su influencia en un proyecto que le ayudó a disparar su fortuna, su derrota se convirtió en una espina clavada de la que busca resarcirse. Desde entonces, la letra X ha estado presente en la fulgurante trayectoria del empresario, desde el vehículo eléctrico Model X de Tesla hasta la compañía aeroespacial SpaceX. El 11 de julio de 2017, y convertido ya en uno de los hombres más ricos del planeta, Musk compró el dominio de X.com a PayPal por una suma no revelada. “Tiene un gran valor sentimental para mí”, confesó entonces.

Esa obsesión con la X incluso ha llegado hasta sus hijos. Su sexta criatura, la primera con la cantante Grimes, fue llamada X Æ A-XII. La artista explicó que el primer carácter, el favorito de Musk, representa “la variable desconocida”. Quizás es un presagio sobre lo que aguarda a la futura evolución de Twitter.