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Una niña lee en su tabletdesdeñando los libros.FdV

¿Demasiada digitalización en el cole?

Suecia ha decidido dar pasos atrás en su modelo educativo digital tras bajar puestos en el último informe sobre comprensión lectora. Llenará las aulas de libros otra vez. Los expertos gallegos creen que la clave está en el equilibrio.

Suecia ha decidido dar pasos atrás en su modelo educativo digital. El último informe PIRLS (2021, publicado este año) sobre comprensión lectora, mostraba una calificación más baja que el año anterior. Y posicionaba al país en el noveno puesto a nivel mundial (al pasar de 555 puntos a 544. España sacó 522 puntos). Un dato que, lejos de significar un orgullo, ha sido suficiente para que el ministerio de educación del país escandinavo repensara cómo quiere educar a sus estudiantes. Y abra el melón, ¿hay una digitalización excesiva en los centros educativos? FARO analiza con profes, padres y médicos, el caso gallego.

“Una cosa es preparar a los alumnos en competencias digitales y otra que pierdan el aprendizaje con la lectura de libros y la escritura en sus cuadernos. Competencia digital sí, pero libros digitales no”, opina Patricia, profesora de Educación Primaria en un colegio concertado de Pontevedra. Su centro es de los que aún conserva la esencia de los libros de texto para impartir las asignaturas. Aunque los alumnos reciben formación en Informática y utilizan recursos digitales para reforzar lo que los profes explican en clase. Ahora, la dirección del colegio quiere aumentar la presencia digital en el centro.

“Hay muchas destrezas básicas que solo pueden desarrollarse con la lectura o la escritura. Además de la motricidad fina, porque no usan el boli (ni colorean, dibujan o diseñan sobre papel) cuando los niños están todo el día entre pantallas acaban por desarrollar cierta ansiedad”, explica Patricia.

La maestra lamenta que el hecho de tener un nivel de digitalización elevado en un centro educativo, sea un auténtico reclamo para los padres. En lugar de otros aspectos del profesorado y el propio colegio, más relacionados con la calidad en la enseñanza que van a recibir sus hijos.

“Todo debe implantarse en su justa medida porque lo de ofrecer un ordenador por cada niño es excesivo y no mejora su aprendizaje”, sentencia la profesora. Y añade que la deriva que lleva la Administración hacia una digitalización casi total en Educación es una “involución”. “Con una digitalización excesiva se pierden cosas importantes. A estas edades (entre los 6 y los 12 años) que los niños se manejen con libretas es vital. No solo porque asimilan mejor los contenidos al escribirlos ellos mismos, sino porque se les pide limpieza y cuidado en los cuadernos. Cuando mantienen los márgenes, usan la regla para estructurar el texto, subrayan o emplean colores para ordenar... Eso es, enseñarles disciplina y atención al detalle”, asevera la maestra haciendo hincapié en que se trata, además, de dos de las míticas skills personales (las famosas competencias) que se le piden a los adultos en millones de ofertas de trabajo.

“No. Nos estamos pasando”, es la respuesta de Carlos, profesor de Secundaria en un instituto público, cuando se le pregunta si la decisión de Suecia es dar pasos hacia atrás. “Una cosa es usar recursos digitales, que funcionan como una herramienta que complementa mis explicaciones. Cuando un alumno ve en un video cómo es la división celular, por ejemplo, entiende mucho mejor la parte más compleja de los procesos biológicos que yo le explico en el aula. Esto, que es algo positivo, se convierte en algo absurdo que no aporta nada bueno a un estudiante, ni para su aprendizaje, ni para su salud, cuando todas las tareas implicadas en el aprendizaje se gestionan a través de ordenadores y tablets con contenidos digitales”, explica el profesor, responsable del área de Biología.

“A mi juicio, los alumnos interiorizan mejor cuando escriben. Incluso en mi asignatura, que es de ciencias, yo no puedo concebir que mis alumnos prescindan del papel y el bolígrafo. Necesitan dibujar, añadir a lápiz explicaciones... En fin, una serie de cosas que les ayudan a entender mejor mientras hablamos en clase. Y a la hora de estudiar, facilita mucho la comprensión porque, sin querer, el hecho de tomar sus propias notas hace que la mitad del trabajo esté hecho a nivel cognitivo”, sostiene el biólogo.

El profesor insiste en que no se trata de erradicar los recursos digitales sino de usar el sentido común. “Todo se aprende mejor cuando se realiza el proceso de escribir a mano. Mi asignatura, Matemáticas o Historia. Las explicaciones al margen en el cuaderno, los pasos que hay que seguir en una fórmula, el desarrollo de un procedimiento... Todo ello es fundamental para aprender bien”, comenta el docente.

Y advierte, “cuando ese contenido se gestiona digitalmente (ejercicios y problemas) los alumnos ponen la solución, pero no el desarrollo de los cálculos que les llevaron a ella. Veo a veces a alumnos que se toman los ejercicios como un juego. La plataforma del centro les permite poner los resultados y les avisa si la solución no es la correcta. Entonces ellos, prueban hasta que dan con la que sí lo es. También pueden pulsar ‘autocorrección’. Aunque está pensado para hacer un uso responsable, sin acompañamiento y en plena adolescencia es difícil”, aclara Carlos. No sin antes recordar que “el verdadero problema son los alumnos que no quieren estudiar”. Algo que, en muchos casos, conduce al absentismo escolar o a llevar un rendimiento bajo. En estos casos, “el modelo digital es ideal” para fomentar la falta de esfuerzo.

Para Begoña, docente y responsable TIC de un instituto de Secundaria del área de Vigo, la digitalización es importante porque forma parte de nuestro presente. “Lo de Suecia sí es dar pasos atrás. Las pantallas no van a desaparecer de nuestras vidas, estamos educando a niños y niñas que necesitarán usarlas en cualquier estudio superior o trabajo que desempeñen. Debemos enseñarles a usar bien las herramientas digitales, para que el día de mañana puedan sacarles el máximo provecho”, explica la profesora.

En su centro además de Secundaria, se imparten varios ciclos de FP, por lo que es plenamente consciente del valor que tienen en el mundo laboral las competencias digitales. Sin embargo, como docente, también comprende que el aprendizaje es un proceso complejo que no se puede reducir a la eterna discusión acerca del uso o no de ordenadores. Por eso, cuando se le pregunta si para los alumnos es bueno usar más libros que ordenadores o si no supone diferencia alguna en el aprendizaje, ella cree, al igual que otros profesores consultados, en el equilibrio de las cosas. “La clave está en combinar ambos recursos. Los ordenadores no sustituyen totalmente a los libros y cuadernos. Hay contenidos que son más fáciles de aprender con recursos digitales y otros en papel y lápiz”, considera esta profesora miembro de un equipo docente en el que hay profesores que imparten Geografía, Historia o Matemáticas con libro digital.

“Lengua Castellana aún tiene libro impreso como material de referencia”, aclara que en su centro, hay una media de seis materias por curso que tienen como material de referencia libros digitales. Pero que eso “no implica que se usen exclusivamente ordenadores para trabajar, porque también hay contenidos impresos y los alumnos usan el cuaderno”.

Iria Salvande es la presidenta de Foampas (Federación de Asociacións de Nais e Pais de Vigo) y su postura, que dice respaldan la mayoría de padres, es clara. “Habría que parar el proceso de digitalización tal y como está planteado en Galicia”, sentencia. Explica que los nativos digitales no existen, que es un concepto que no responde a la realidad de que todo, incluso el manejo de las pantallas, hay que aprenderlo. Y que lo ideal sería que, en los centros educativos de Galicia, los alumnos pudieran adquirir competencias TIC pero no en detrimento de otras habilidades fundamentales para su desarrollo.

“La pantalla no puede ser la reina de las aulas”, asegura y pone el foco también en el tiempo en fuera de clase. “No podemos darle el poder de una tablet a un niño de 8 años”, señala en referencia al mundo de los peligros de Intenet, teniendo en cuenta que, para los niños, es tan sencillo superar los controles parentales. “Cuando nos demos cuenta de que es una barbaridad será demasiado tarde”.

Iria ahonda en otra realidad de los centros a la que, bajo su punto de vista, la Xunta no presta atención. “No es normal que haya una orientadora para 700 niños y que la Administración no deje de invertir dinero en pizarras digitales”, sentencia. Y, al igual que varios de los profesores consultados, reflexiona, “si los gurús de Silicon Valley, no permiten que sus hijos se muevan entre pantallas, por algo será”, concluye.

La sobreexposición a las pantallas, un ‘arma’ disfrazada de normalidad

Docentes y padres aluden al equilibrio entre ordenadores y material en papel. Pero la tecnología no solo ha cambiado la manera en la que se imparten las clases. Afecta a cómo disfrutamos del tiempo libre, qué consideramos ahora que también es ocio e, incluso, ha modificado la manera en la que nos relacionamos, nuestros hábitos y horarios. Teniendo en cuenta la cantidad de horas que supone para un adolescente seguir las clases, estudiar y relacionarse entre pantallas (más de 9 horas de exposición al día), la opinión de un experto era necesaria. El doctor Emilio Rodríguez es especialista en Neurofisiología y, aunque aclara que no quiere meterse en Educación por ser un campo que desconoce, sí señala que la idea de revertir o frenar el proceso de digitalización de los colegios suecos, no es descabellada. “Las pantallas producen efectos muy diversos sobre el cuerpo y nuestra salud. La retina está sobreexpuesta a una luminosidad que no deja de estimularla”, comenta el doctor que solo esto hace que la comparación con un libro sea casi ridícula, al carecer este de efectos negativos sobre los ojos. Esta estimulación también tiene efectos en el cerebro cuando, por ejemplo, el alumno usa su tablet o móvil en la cama con la luz apagada. “Está impidiendo el sueño porque esa luz es inhibidora de melatonina. Sin ella, no se puede dormir”, explica el doctor. También recalca que un descanso escaso o de mala calidad tiene una repercusión enorme sobre el cerebro de un adolescente, ya que por la noche se producen una serie de procesos cerebrales que así no pueden tener lugar o no se realizan correctamente. Y que tienen que ver en gran medida con el desarrollo y crecimiento.

Libros, videos, simuladores... Juntos, son más eficaces

Begoña, como responsable TIC, conoce de primera mano los desafíos a los que se enfrentan los estudiantes de su instituto, en el proceso de aprendizaje en un entorno digital. Ha valorado qué hay de bueno en la enseñanza ‘analógica’ y de reto en la digital. “Escribir a mano favorece las tareas memorísticas ya que es un proceso más lento que requiere una mayor concentración. Leer y estudiar con un libro impreso permite subrayar y hacer anotaciones que ayudan a la retención de información. Por otro lado, los recursos digitales ayudan a los alumnos en la comprensión de contenidos complejos. Por ejemplo, mediante el uso de imágenes animadas, infografías, aplicaciones o software de simulación, todo ello, favorece el aprendizaje significativo”, analiza la profesora.

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