Pros y contras de la educación digital

Los profesores alertan del exceso de pantallas: niños pasivos y sin empatía

La exposición prolongada a la tecnología merma su capacidad de exponer sus ideas | Se abstraen fácilmente y buscan la inmediatez

Menores haciendo uso de diferentes dispositivos

Menores haciendo uso de diferentes dispositivos / coco vecino

Muchos alumnos de Primaria no son capaces de notar lo que le pasa a otro compañero cuando surge entre ellos una discrepancia. Ni detectan los signos, ni pueden interpretar bien una situación incómoda o molesta para otro porque no están acostumbrados a gestionar su vida mirándose a los ojos. “Pierden la relación de tú a tú y eso se nota en sus relaciones sociales. Muchos niños no son capaces de resolver sus conflictos mediante el diálogo y no empatizan bien”, afirma el coordinador de nuevas tecnologías en un colegio rural, Diego Lozano. El sistema educativo actual promueve la digitalización de los centros educativos, por lo que los niños están expuestos a las pantallas de ordenadores y tablets durante sus clases (6 horas), cuando estudian y hacen los deberes. A ello se suma el tiempo de ocio en el que los niños juegan a videojuegos, hablan con sus amigos por chats, ven la tele o se relacionan en redes sociales. Así las cosas, es habitual que un niño esté expuesto a las pantallas una media de 10 horas al día. Surge entonces una pregunta obligada: ¿Nos estamos pasando con el uso de las tecnologías en sus vidas? Este periódico ha preguntado su opinión a profes, padres, psicólogos, médicos y otros expertos.

Por un lado, los profesores detectan las ventajas que las herramientas digitales aportan a la educación de los alumnos. “Nos permite utilizar una gran cantidad de recursos y hacer actividades muy variadas”, asegura la profesora de Secundaria Begoña Fernández. Pero también advierten sobre algunas situaciones alarmantes con las que se están encontrando en las aulas, como la exigencia de inmediatez o que se queden dormidos tras una noche en vela jugando al Fortnite (videojuego donde se lucha por defender a la Tierra de los ataques de zombis que quieren conquistarla).

“Incorporar a las aulas la educación digital nos permite utilizar una gran cantidad de recursos educativos ”

Begoña Fernández

— Docente área digital dese 2004

En Primaria los alumnos tienen edades comprendidas entre los 6 y 12 años y muchos de ellos no son capaces de organizarse por equipos para jugar un partido de voleibol. “Como profe de Educación Física me doy cuenta que tienen un rol más pasivo que el que teníamos nosotros a su edad”, explica el profesor Lozano que cuando los niños juegan a estas edades es común que lo hagan de manera digital. “El videojuego marca las pautas y establece los equipos” dice, por lo que ellos no tienen que tomar decisiones organizativas ni estratégicas. Por eso, en la vida real no pueden hacerlo, no les sale natural, lamenta este profesor de Primaria. “El mundo ha cambiado, si la escuela tiene el objeto de preparar a los niños, tenemos que ir un paso por delante de la sociedad para no llegar tarde. Nuestro lápiz ahora mismo es el portátil, tiene que estar presente”, continúa Lozano. Quien sostiene que los niños aprenden herramientas digitales fundamentales para el futuro que les espera, pero que una adecuada formación pasa por el equilibrio tecnológico en el colegio y fuera, y la adecuación del nivel de digitalización a la realidad del alumnado de cada centro.

Tecnología sí pero en dosis

“El giro entorno a la tecnología genera un aprendizaje líquido, no perdura en el tiempo”

Antonio Rial Boubeta

— Doctor psicología social USC

Para el profesor Antonio Rial Boubeta, investigador de la USC experto en nuevas tecnologías, y director científico en Galicia del informe de Unicef: “Impacto de la tecnología en la adolescencia” (el mayor y más completo sobre el tema a nivel mundial) la digitalización de la educación tiene una fuerte repercusión a nivel cognitivo si no se hace con equilibrio. “Nadie niega las bondades de la tecnología en las aulas y en la vida de los jóvenes, pero en las dosis adecuadas. Como profesor, si te excedes en el peso de los dispositivos digitales y haces que la estrategia didáctica gire entorno a la tecnología, lo único que se consigue es generar un aprendizaje líquido, que no perdura en el tiempo”, sentencia el experto. También recuerda que estamos en la “generación del click donde no siempre se genera conocimiento”. Para Rial Boubeta a la tecnología “hay que darle su lugar, ni más ni menos” , ya que un protagonismo excesivo va en detrimento de los alumnos que “aumentan su abstracción y pierden la capacidad de exponer sus propias ideas”, sostiene. El experto señala que desde 2010 se observa una desescalada del efecto Flynn (subida anual de las puntuaciones de cociente intelectual, un efecto visto en la mayor parte del mundo), así como la pérdida de competencias sociales en los chavales actuales.

“Han perdido la capacidad de memorizar, analizar y cuestionar”

Teresa Caballero

— Profesora de Historia

“Mi colegio está totalmente digitalizado solo uso libros de papel yo”, dice la profesora de historia Teresa Caballero, que se lamenta al observar como “las nuevas generaciones han perdido la capacidad de memorizar, analizar y cuestionar. Se limitan a poner la duda en un buscador. A veces les mando un ejercicio del libro que tengo, la respuesta la tienen en las líneas de arriba del enunciado (que pueden ver) y responden buscando la información en Wikipedia”. La profesora sugiere que, ante esto, surge un embudo en cursos superiores. Y existe el reto de cómo prepararles para las nuevas tendencias en sistemas de evaluación, como la nueva ABAU, donde los alumnos deben exprimir sus habilidades personales y cruzar de manera trasversal los conocimientos de distintas asignaturas, con esta base en los colegios.

Los profesores alertan del exceso de pantallas: niños pasivos y sin empatía

Los profesores alertan del exceso de pantallas: niños pasivos y sin empatía / coco vecino

“En los últimos años venía notando un retroceso en la competencia digital del alumnado. Siendo nativos digitales es algo que llama la atención. Desde edades muy tempranas el uso de la tecnología se reduce a los aspectos relacionados con el ocio. Y no la utilizan como herramienta de estudio y trabajo hasta que esta se introduce en el aula”, observa la docente Begoña Fernández, aludiendo a la importancia de enseñar a los alumnos cómo aprovechar las ventajas de la tecnología en educación así como el uso correcto en otros ámbitos. 

“Corrigen sus errores más rápido pero hacer esquemas es más difícil”

Loreto Iglesias - Madre de 3 niños

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El acompañamiento de los padres es vital para aprovechar solo las ventajas de las tecnologías

Los tres hijos de Loreto llevan usando las tablets y la pizarra digital en su colegio desde Educación Infantil. “Veo que ellos aprenden rápido, entre otras cosas, porque sus ejercicios se corrigen en el momento y pueden ver enseguida en qué fallan. Pero escribir (desarrollo de la motricidad fina), que es algo básico, es mucho más difícil con una herramienta digital, especialmente a la hora de hacer resúmenes y esquemas”, explica esta madre.

“Mis hijas tienen una súper pizarra interactiva en el colegio pero aún son muy pequeñas y no se ha implantado la típica plataforma digital (a través de la que muchos centros cuelgan los contenidos de clase para estudiar, los ejercicios que deben hacer y se comunican con los alumnos y sus familias, al más puro estilo de una suite profesional de oficina), dice Carmen. Considera que el juego, la actividad física y el contacto con el entorno natural son fundamentales. Por eso dice que aunque a veces le cuesta porque no tiene el tiempo suficiente, procura jugar con ellas en casa, porque “no todo puede ser la maquinita, aunque sería más fácil para mí dejarlas con la tablet porque están distraídas y yo puedo trabajar. Pero no es bueno para ellas”.

Para Pablo, los niños han nacido en la era digital, así que “que adquieran competencias en ello es tremendamente positivo pero también muy arriesgado. Se pierden algunos valores como la resolución de problemas en la búsqueda de información, en la coordinación personal entre alumnos-profesor y la perspectiva de la inmediatez”, observa Pablo, padre de tres pequeños.

Los colegios de Galicia (urbanos y rurales) tienen distintos niveles de digitalización, lo que no quita que docentes y padres lleguen a conclusiones similares. La tecnología es buena en su justa medida. Las habilidades técnicas que aprenden los niños son útiles pero no se puede descuidar el aprendizaje en otros campos como el social el afectivo.

La Xunta promueve la digitalización de los centros educativos de Galicia a través de varios proyectos a los que los coles, de manera voluntaria, puede adscribirse como: Espazo Abalar. A través de fondos europeos pretende desarrollar las competencias tecnológicas de los niños. Sin embargo, esto que en principio es positivo para la preparación de los menores, se encuentra de bruces con la realidad en algunas ocasiones. “En nuestro centro realizamos una encuesta entre las familias antes de implantar un modelo digital. Nos dimos cuenta que muchas de ellas no contaban con internet en casa o un portátil para el alumno. Al final, obligar a las familias a asumir este cambio era contraproducente para los niños porque su entorno no estaba preparado”, afirma un profesor de Primaria.

El abuso de la tecnología dispara la depresión infanto-juvenil

“La exposición excesiva a la Red triplica las tasas de depresión infanto-juvenil”

Antonio Rial Boubeta

— Director Estudio Unicef

Los niños en este rango de edad (6-12 años) están en pleno desarrollo. ¿A qué edad es recomendable que un niño tenga un móvil? Esta pregunta tiene múltiples implicaciones relacionadas con la salud mental y física de los niños. Entre otras cosas porque se trata de una herramienta que le da acceso al mundo infinito de Internet y sus peligros, cuando no tiene la madurez suficiente. “Hay una presencia invasiva de móviles en la rutina y el día a día de los chavales”, afirma el profesor Antonio Rial Boubeta. “Muchos de ellos se enganchan a la tecnología, especialmente a redes sociales y videojuegos. Esto condiciona su vida social, baja el tiempo dedicado a otras actividades como la lectura o el deporte. En los casos más graves se desarrolla un trastorno mental por uso de videojuegos, que repercute en la convivencia familiar, la alimentación y la higiene del sueño”. El 70% de los niños que usan consolas para jugar a videojuegos tienen entre 11 y 14 años. Otro 57% son niños de entre 6 y 11 años, según datos de la Asociación Española de Videojuegos. Conviene señalar que uno de los juegos que más extendido está entre los gallegos es el Grand Theft Auto (GTA), que usa lenguaje soez, aparece consumo de drogas y violencia explícita.

“Una conciencia construida en la imagen para enfrentar las catástrofes que escuecen en la vida ”

Marco Barboza

— Wolfson Institute of Population Health

A nivel emocional las redes sociales juegan un papel importante. Sobre todo en los casos de niños vulnerables, solos o con baja autoestima. “Una conciencia construida desde la imagen para hacer frente a las catástrofes y desastres que escuecen en la vida contemporánea, son también algunos de los impactos de una formación educativa desde temprana edad sustentada en lo digital”, reflexiona el investigador del Wolfson Institute of Population Health de Londres, Marco Barboza. En esta línea el profesor Rial Boubeta afirma que “la insatisfacción con la vida deriva en que se tripliquen los casos de depresión infanto-juvenil”. Él es el responsable del estudio sobre adicciones en adolescentes gallegos de la Fundación Barrié y concluye que, “el impacto que tiene un uso excesivo de las tecnologías puede tener más contras que pros”. Y alerta de que el 90% de los niños de 11 años tienen redes sociales, que 2 de cada 3 niños llevan el móvil a clase y que se ha podido comprobar como en Galicia, alumnos de 5º y 6º de Primaria hacen sexting (comparten fotos de contenido sexual).

Los estudios muestran que acceden antes al porno y se inmunizan a la violencia

“No somos conscientes de que a estas edades demandan información y si no se la damos acuden a Internet”, dice el profesor en referencia al acceso cada vez más temprano a contenidos de carácter pornográfico. En Galicia el 48% de los menores empieza a ver pornografía antes de cumplir los 12 años. “Es una edad en la que se forman los valores. Se sabe que la mitad de las webs con contenidos pornográficos muestran violencia, implícita o explícita. Y si ellos aprenden que eso es lo deseable, lo van a reproducir. Esto explica que estén subiendo las tasas de violencia sexual entre menores”. Se desconectan a nivel emocional y acaban inmunizándose a la violencia. Concluye diciendo que es necesario que los menores tengan un acompañamiento durante su tiempo de ocio.

“Los estímulos nocivos influye más cuando uno es pequeño ”

Doctor Ramón Vázquez

— Oftalmólogo H. Ribera Povisa

A nivel físico, la sobreexposición a las pantallas puede tener efectos sobre la salud ocular. “El tiempo en el que se ejercen estímulos nocivos influye más cuando uno es pequeño que a medida que nos hacemos mayores”, explica el jefe de Oftalmología del Hospital Ribera Povisa de Vigo, el doctor Ramón Vázquez. “Hasta los 8-10 años es el tiempo en que se desarrolla la capacidad visual”. Las horas interminables que muchos niños pasan expuestos a las pantallas tienen consecuencias sobre su salud, empezando por los ojos. Se habla de una “epidemia de miopía”, donde las pantallas digitales son uno de los factores que facilitan el desarrollo de esta afección porque se tiende a ver las pantallas desde una distancia muy corta. Otro de los problemas para los ojos derivados de la sobrexposición a las pantallas es la fatiga digital (picor de ojos, cefalea, visión borrosa y ojo seco) Y añade que un uso continuado de pantallas durante el desarrollo está ligado a trastornos del sueño y un aumento de los casos de déficit de atención.

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Mientras crecen las adicciones a la tecnología entre los jóvenes, los tecnólogos que crearon los móviles en la cima tecnológica mundial (Silicon Valley), no permiten a sus hijos usarlos, conscientes de los peligros a los que se exponen (como los algoritmos que les ofrecen lo que quieren oír). Mientras esto pasa al otro lado del charco, en España hay adolescentes siguiendo sus clases en centros de estudios especializados en adicciones a las nuevas tecnologías, donde también hacen terapia. Presentan un cuadro que combina algún trastorno (alimentación, hiperactividad, por ejemplo) junto a una adicción a las nuevas tecnologías. En estos coles aprenden “desconectados” mientras recuperan su salud mental.

Y es que, unos y otros expertos, insisten en que no se trata solo de limitar el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas navegando en el mundo virtual. Sino que es necesario controlar también los contenidos a los que acceden. La Red está plagada de mensajes peligrosos para una mente en desarrollo. De nada sirven los controles parentales sin un adulto responsable que le acompañe guiando sus pasos y les eduque en la manera más sana y productiva de aprovechar el tiempo libre.

Las tasas de bullying en los colegios, los últimos suicidios juveniles, la plaga de las manadas o el incremento de los abusos entre menores (cada vez a más corta edad) apoyan la necesidad de ello. 

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