La dieta cetogénica –que reduce drásticamente los hidratos de carbono– muy baja en calorías podría potenciar el sistema inmune, según un estudio realizado en el Hospital Clínico Universitario de Santiago (CHUS). Se trata del primer análisis de amplio alcance que evalúa los efectos de esta dieta en cerca de 30 biomarcadores inflamatorios y oxidativos, y ha sido publicado en la revista “Clinical Nutrition”. Según esta investigación, la dieta cetónica mejora, además, los efectos obtenidos con cirugía bariátrica o con dieta hipocalórica estándar en pacientes con sobrepeso u obesidad.

“Estos resultados ponen de manifiesto la posible utilidad de esta estrategia nutricional para combatir la obesidad y sus enfermedades asociadas, como el cáncer y las infecciones virales (como el COVID-19), así como para promover un envejecimiento saludable”, señala en una nota la investigadora principal, Ana Belén Crujeiras, que ha liderado junto a Felipe Casanueva este estudio coordinado por investigadores del área de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición del Consorcio Centro de Investigación Biomé dica en Red (CIBEROBN).

“Las dietas cetogénicas muy bajas en grasas y normoproteicas permiten no solo una rápida pérdida de peso manteniendo la masa muscular, sino que también ejercen un efecto positivo sobre la inflamación y la resolución de las comorbilidades vinculadas con la obesidad”, destaca Felipe Casanueva, catedrático de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) y jefe de servicio de Endocrinología y Nutrición del CHUS. “Se abre un interesante campo de investigación que seguro reportará interesantes conocimientos en el futuro”, asegura.

Cetosis

La dieta cetogénica se conoce desde hace más de un siglo y su ojetivo es, mediante control médico, generar una situación de cetosis similar a la del ayuno. La cetosis es la formación de cuerpos cetónicos, compuestos químicos producidos en las mitocondrias –partes de las células encargadas de la “respiración” celular– de las células del hígado. La función de estos cuerpos cetónicos es suministrar energía al cerebro. Dos de las dietas cetogénicas que se hicieron populares en las últimas décadas son la dieta Atkins y la dieta Dukan.

Los investigadores evaluaron cerca de una treintena de marcadores inflamatorios (citoquinas) y marcadores de estrés oxidativo en pacientes con sobrepeso y obesidad que siguieron una dieta cetogénica muy baja en calorías y grasas. Se ha demostrado que la cetosis nutricional (el déficit de aporte de carbohidratos, induciendo el catabolismo de las grasas y generando cuerpos cetónicos), junto con la pérdida de peso inducida por la dieta, mejora más la respuesta inmune en pacientes con obesidad en comparación con la cirugía bariátrica o una dieta baja en calorías estándar.

La investigación confirma no solo que el exceso de peso aumenta los niveles circulantes de citoquinas proinflamatorias y disminuye las antiinflamatorias, sino que los pacientes sometidos a distintas intervenciones de pérdida de peso experimentaban cambios diferenciales en los niveles de citoquinas circulantes y biomarcadores de estrés oxidativo. Este efecto siempre era superior y más notorio en aquellos pacientes que realizaban la dieta cetogénica muy baja en calorías, en comparación con aquellos que siguieron una dieta hipocalórica convencional o se sometieron a cirugía bariátrica.

Las personas con obesidad están sometidas a mayor inflamación y estrés oxidativo, de ahí el interés por averiguar si intervenciones de probada eficacia para reducir peso corporal actuaban en los marcadores inflamatorios y oxidativos, “algo que hasta el momento no se había hecho de forma tan amplia y exhaustiva como lo realizado en este estudio”, subraya Crujeiras.