Un nuevo estudio científico ha incidido en los efectos beneficiosos en la salud de los diferentes tipos de café. Según investigadores australianos, el café descafeinado, molido e instantáneo, particularmente en dosis de 2 a 3 tazas al día, se asoció con reducciones significativas en enfermedad cardiovascular y mortalidad. El café molido y el instantáneo –no así el descafeinado– se vinculó con una reducción de la arritmia.

Diferentes estudios epidemiológicos ya constataron los efectos beneficiosos del consumo habitual de café sobre la incidencia de arritmia, enfermedad cardiovascular y mortalidad. Sin embargo, se desconocía en gran medida el impacto de las diferentes preparaciones de café sobre los resultados cardiovasculares y la supervivencia.

El objetivo de este estudio –titulado “The impact of coffee subtypes on incident cardiovascular disease, arrhythmias, and mortality: long-term outcomes from the UK Biobank”, y publicado en el “European Journal of Preventive Cardiology”– fue evaluar las asociaciones entre los subtipos de café y esas incidencias cardiovasculares, utilizando datos del Biobank del Reino Unido. Se siguió a unas 450.000 personas durante 12,5 años. Los participantes tenían una mediana de edad de 58 años, con un 55,3 por ciento de mujeres.

“Desafiando el dogma médico, las arritmias se redujeron con el café (con cafeína, sin descafeinar), al igual que la insuficiencia cardíaca y los accidentes cerebrovasculares”, ha comentado en su cuenta de Twitter el prestigioso cardiólogo y divulgador estadounidense Eric Topol.

El café molido, instantáneo y descafeinado se asoció con reducciones equivalentes en la incidencia de enfermedades cardiovasculares y mortalidad cardiovascular por todas las causas. En concreto, dos o tres tazas al día de todos los subtipos de café se asociaron consistentemente con la mayor reducción del riesgo. El café molido e instantáneo, pero no el descafeinado, se asoció con una reducción de las arritmias, incluida la fibrilación auricular. Y en cuanto a la reducción de la arritmia, la mayor reducción del riesgo se verificó en la dosis de 4-5 tazas al día.

Como conclusión, los investigadores del estudio, cuyo primer autor es David Chieng, profesor de Medicina de la Universidad de Melbourne, “no se debe desaconsejar el consumo de suave a moderado de café de todos los tipos, sino considerarlo parte de un estilo de vida saludable”.