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Una performance contra el miedo y el silencio

El director vigués Pablo Fidalgo pone en escena en Teatro de la Abadía en Madrid una obra conectada con los abusos a escolares en Maristas en Vigo

Gonzalo Cunill, en un momento de la actuación. ELENAARTESESCENICAS

“Busco hablar de lo que se habla poco. Busco no ser panfletario. Busco saber qué es lo que se ha vivido allí dónde nadie entraba, donde todo era oscuridad y secreto. Busco saber cómo es posible que en los años 90 siguieran poniéndose en práctica una disciplina propia de una dictadura. Busco entender la historia”. El vigués Pablo Fidalgo moldea esta respuesta en el teclado del ordenador, la estructura en su mente, entre el dolor y el recuerdo para compartirla en la performance “La enciclopedia del dolor: Esto que no salga de aquí” que se estrenará en Teatro de La Abadía en Madrid del 1 al 4 de junio y que viajará a Austria posteriormente al Wiener Festwochen.

En esta obra –de la que es director y dramaturgo– hay un punto de partida que conecta presente e infancia: las denuncias por abuso presentadas por varios alumnos del Colegio Maristas de Vigo donde él estudió y de otros centros escolares privado-religiosos contra profesores (sacerdotes).

La obra –interpretada por Gonzalo Cunill– arranca con un vídeo grabado inicialmente en 8 milímetros en el que se ve a un niño jugando en la playa.

Podemos intuir que uno de ellos es el propio Fidalgo; podemos ubicar el arenal en la playa olívica de Samil. Y una voz en off que acompaña las imágenes nos da la primera bofetada verbal para prepararnos: “Esta es una vida que va ir llenándose de dolor. (...) Es un cuerpo que ha vivido cosas extrañas. Es un niño que sabe que ha sido domesticado. Es un niño al que le quitan lo que es; es un niño al que pegan e insultan como una posibilidad. (...) Ese niño no de todo obediente es solo un niño”.

Pablo Fidalgo “lo que uno vive en su infancia es siempre decisivo. La obra huye de cualquier victimismo. A veces llegar a entender algo que has vivido durante años puede llevarte mucho tiempo. Tendemos a seguir hacia delante porque somos supervivientes, pero hay un momento donde los telones caen, y ves que sin enfrentarte a determinadas cosas es imposible saber quién eres”.

Informar de esta performance antes de su estreno se torna difícil.. ¿Cómo indagar en el dolor de una persona sin provocárselo más? ¿Cuáles son las preguntas adecuadas?

“Esto que no salga de aquí era una frase que solía decir mi madre, una frase de familia, de casa”, rememora para explicar cómo comenzó a rememorar el Pablo Fidalgo que fue de niño. “Lo que desató mi recuerdo de los Maristas fue ver la puerta de mi colegio en la portada de un periódico estatal, por una denuncia de abusos durante los años 60”, explica.

“Creo –añade– que hay algo que une a todas las generaciones que hemos pasado por ese colegio y por otros colegios religiosos de Vigo. Un maltrato continuado a lo largo de los años, que empieza en la dictadura y sigue por lo menos hasta los años 90, y donde el abuso sexual y el bulliyng se mezclan y se alimentan”.

Fidalgo admite que vivió “un ambiente muy brutal” en el centro escolar: “Había una violencia estructural e institucional muy difícil de explicar a alguien que no haya asistido a esos colegios. Un clima, una sensación”.

No hay sentido de revancha en sus palabras ni en su obra. Es la consigna que enarbola este director teatral y poeta que aclara que la obra “no es un acto confesional ni el foco es autobiográfico, aunque se parte de una experiencia concreta que es la mía”.

No obstante, sí “hay una reelaboración y un trabajo sobre la experiencia que pretende ser un punto de conexión con otras más universales. También hay una reflexión sobre aspectos estructurales e históricos. El tener un cuerpo en escena que no es el mío me permite establecer la distancia y la perspectiva necesaria para alcanzar estos objetivos”.

Escribe en el dossier del proyecto que “esta pieza existe para dar voz a un drama”, la infinidad de casos de antiguos alumnos que dan el paso ahora varias décadas después para denunciar a los religiosos que en su día fueron profesores suyos. “Esta pieza existe para acabar con el miedo y con el silencio”, añade”.

Para él, “siempre llega un momento en el que no se puede mirar a otra parte (...) Por eso hablo, por eso existe esta obra. Esto finalmente, saldrá de aquí”.

Pero, ¿llegará a Vigo? “No puedo responderlo. El arte es a veces incómodo y otras veces es directamente insoportable. Pero la verdad es que esperamos actuar en Vigo muy pronto con esta obra”, concluye Pablo Fidalgo.

“Todo es un despropósito que pagan los más débiles”

“La enciclopedia del dolor” ofrece un teatro de ficciones documentales. Para crear la performance, Fidalgo habló con víctimas de abusos en colegios religiosos para reelaborar poéticamente los reflejos de vidas comunes. Vía email aclara que “yo no culpo ni dejo de culpar. Está claro que en la historia de España hay infinidad de cosas ocultas, terribles, y que cada vez que se intentan sanar, hablar o reparar hay una condena a quien intenta hacerlo. Algunos le llaman pacto, otros le llaman amnistía”. “Supongo que es todo un despropósito en el que al final siempre pagan los más débiles”, opina Fidalgo quien en octubre estrenó “El libro de Sicilia” para el Centro Dramático Nacional.

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