La resaca del Benidorm Fest está siendo larga, probablemente más de lo que se podía calcular para una cita que, a fin de cuentas, no deja de ser una fase previa de Eurovisión 2022. La controvertida decisión del jurado profesional de aupar a la victoria a Chanel en detrimento de las opciones más populares de Tanxugueiras y, en menor medida, de Rigoberta Bandini está generando múltiples derivadas. La controversia ha salido de la esfera de las redes sociales —donde ha acaparado la conversación desde el comienzo del certamen la semana pasada— para llegar al Congreso de los Diputados y ocupar páginas y horas en los medios de comunicación generalistas.

Como en las pruebas ciclistas de recorrido superior a la habitual, a más desgaste, más probabilidades de que surja la sorpresa. Y en las últimas horas la campanada la está dando un outsider del que casi nadie conocía su existencia: la pequeña compañía de telecomunicaciones Toxo Telecom. La empresa, con base en Ribeira y limitada penetración en el mercado, ha saltado a la prensa estatal, acusada poco menos que de participar en un complot para encumbrar a las Tanxugueiras. ¿La razón? Ofrecer el reembolso a sus clientes el precio de los SMS de apoyo al trío de pandereteiras. Un acción que publicitaron en sus redes sociales el día antes de la final del concurso.

Ayer, la Compañía de Radio Televisión Española intentó frenar la sangría reputacional que está sufriendo con una rueda de prensa en la que reveló las tripas del resultado. El masivo apoyo a las gallegas en el voto popular, al acaparar el 70 por ciento, dio un nuevo argumento a los partidarios de Chanel: no puede ser que una determinada zona del Estado hipermovilizada condicione el resultado —en el voto demoscópico, diseñado para corregir ese tipo desviaciones, también ganaron las Tanxugueiras, aunque con números más ajustados—. Apoyaban esa idea con la información de que ese respaldo estaba inflado, además, por los SMS gratis de Toxo Telecom. La empresa ha puesto números al presunto dopaje: 373 votos de los 94.220 que recibieron vía mensajes de texto. 

Pero la compañía, fundada en 2018 y que cuenta con algo más de 3.000 clientes repartidos por toda la geografía gallega e incluso con emigrantes asentados en Europa, ha querido aprovechar el inesperado protagonismo. Su gestor de redes sociales está desplegando todo un arsenal de retranca, tanto para responder a las acusaciones de manipular el concurso como a los que les están mostrando su simpatía. La estrategia, al menos en redes, funciona, y ya ha sumado cientos de seguidores a su cuenta de Twitter, desde poco más de 100 hasta 600. Desde luego, con los 540,85 euros que se gastaron en SMS no le hubiesen dado ni para un pegada de carteles por Galicia. No parecen cifras, en todo caso, de un gigante de Cupertino capaz de imponer tendencias, pero desde la compañía explican que sí están notando un incremento del interés en sus productos.

"Porque nos colleu nas vacas flacas, se chegamos a ter o peto cheo compramos os votos de todo España e parte de Portugal", respondía a un usuario que acusaba a las Tanxugueiras y a la propia compañía de "no saber perder". También se ha propuesto meter al Lugo en la Champions, por ejemplo. Y ya para rizar el rizo, no han dejado pasar la esperpéntica aprobación de la reforma laboral, que salió por un voto gracias a la confusión de un diputado del PP, para erigirse en reyes de las votaciones manipuladas.