El recuento de la votación de la reforma laboral del Gobierno fue de infarto. 175 votos a favor y 174 en contra. Por si los números no fueran lo suficientemente justos, los dos diputados de Unión del Pueblo NavarroSergio Sayas y Carlos Adanero, que eran clave, decidieron saltarse la disciplina de voto de su dirección y votaron en contra. Habían asegurado que votarían a favor, tal y como acordó la dirección del partido con Javier Esparza al frente, a pesar de no compartirlo. Su voto sorpresa iba a tumbar la reforma laboral, pero un error del diputado del PP, Alberto Casero, terminó salvando la ley estrella de Yolanda Díaz.

El PP, sin embargo, afirma que el voto a favor de su diputado es fruto de un error informático y exige repetir la votación. La portavoz, Cuca Gamarra, compareció de urgencia al término del pleno para contar la versión de su partido, afirmando que la Cámara impidió a Casero entrar al hemiciclo cuando vino desde casa enfermo para subsanar el problema.

Ya desde mediodía daba la sensación de que la reforma laboral no corría ningún riesgo. Sayas llegó al pleno reconociendo que "no compartía la decisión" de Esparza y sin esconder que se trataba de una imposición desde Pamplona. Insistió en que los votantes "no comprenderían" su posición, pero afirmó que cumplirían la disciplina de voto. Adanero se sumó a la crítica pública, pero los dos quedaron en acatar. Los números daban.

Cuando el recuento comenzó y se supo que los dos votaban en contra, todo indicaba que la votación caía. Pero, el resultado (175 a favor y 174 en contra) desveló que había un voto bailando que se desconocía. Poco después se supo que era el de Casero, que votó telemáticamente y cometió un error. El exalcalde de Trujillo es mano derecha de Teodoro García Egea en Génova.

Conflicto con Esparza

En el entorno de los dos diputados aseguran a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario perteneciente al mismo grupo editorial que est medio, que no han formado parte de la negociación y que el sentido del voto es una orden directa de la cúpula de su formación. En el caso de Sayas el conflicto es aún mayor porque se enfrentó a Esparza en las primarias para dirigir el partido. El actual presidente revalidó el cargo en junio de 2020 con el 58% de los votos. El diputado, que apostaba por una candidatura de renovación, se hizo con el 41% de los apoyos.

El Gobierno ha sufrido mucho para atar cada apoyo, especialmente por la insistencia de la ministra del ramo, la vicepresidenta Yolanda Díaz, que era partidaria de apurar al máximo para obtener el apoyo de los socios habituales del Ejecutivo. Ya en diciembre, como adelantó este diario, Ciudadanos abrió una vía alternativa para apoyar la reforma laboral siempre y cuando no se tocara el decreto pactado con los agentes sociales. De alguna manera, el partido naranja buscaba salvaguardar lo acordado por sindicatos y muy especialmente, por la CEOE.

En esa vía, como confirmaron después, no podía estar ERC. Si los republicanos catalanes finalmente entraban al acuerdo, Inés Arrimadas revisaría su voto. La satisfacción por el acuerdo final se hizo visible ya en el patio del Congreso desde primera hora de la mañana cuando la dirigente naranja llegó acompañada del resto de sus diputados sin esconder que estaban "muy contentos" en vista de los números finales.

Al sí de los nueve diputados de Ciudadanos se sumaron a última hora de la tarde de ayer los cuatro del PDECat, garantizando una mayor tranquilidad al Gobierno. También se hizo público el apoyo de UPN y los número cuadraban. Antes Moncloa ya tenía garantizados a Más País (2), Compromís (1), Teruel Existe (1), Coalición Canaria (1), Nueva Canarias (1) y PRC (1), que sumados a los partidos del gobierno arrojan la suma de 176 votos. Los justos.

En contra se manifestarán PP, Vox, Bildu, Junts, la CUP, BNG, Foro Asturias, el exdiputado de Ciudadanos, Pablo Cambronero (que también negoció con el Gobierno y aseguró el no esta misma mañana), PNV (como confirmó en la misma mañana del jueves) y, casi con total seguridad, ERC.

Por primera vez, ya desde la tribuna y durante la defensa de la reforma laboral, Díaz agradeció uno a uno los grupos que han comprometido su sí al que está llamado a ser su proyecto estrella de la legislatura. Incluidos algunos como Ciudadanos, que hace unos días rechazaba porque "expulsaba" a la izquierda. También quiso dar las gracias a los nacionalistas vascos "por haber negociado contenidos, siendo serios", a pesar de que al final no hubo acuerdo. Mientras la ministra de Trabajo defendía su ley, las ministras de Unidas Podemos, Irene Moreno y Ione Belarra, estaban en un acto fuera del Congreso, informa Ángel Alonso.