La quinta ola del coronavirus crece sin control en Cataluña, especialmente entre los más jóvenes. Ayer se notificaron más de 8.000 contagios –8.402 en concreto– por tercera jornada consecutiva. El incremento se empieza a trasladar a la presión asistencial, al subir los ingresados en los hospitales.

Además, ha bajado la media de edad de los positivos a los 27 años y medio, por lo que la Generalitat catalana ha iniciado cribados masivos para detectar casos entre monitores del ocio educativo, para garantizar la máxima seguridad de las actividades estivales con menores.

El jefe del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital del Mar de Barcelona, Robert Güerri, urgió a volver a generalizar el uso de la mascarilla y evitar los actos masivos para atajar la proliferación de casos.