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Pilar Rodríguez Ledo Coordinadora de la guía para la atención al paciente de COVID persistente

“Los pacientes con COVID persistente son el gran iceberg sumergido de la pandemia”

Pilar Rodríguez Ledo. FDV

La doctora Pilar Rodríguez Ledo es una de las coordinadoras del comité clínico que ha elaborado la “Guía clínica para el manejo del paciente de COVID persistente”, documento que cuenta con el respaldo de 28 sociedades científicas –entre estas la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) de la que es vicepresidenta– y de los propios afectados. Su objetivo no es otro que mejorar la atención sanitaria a estos pacientes. “Para lograr esto, primero había que unificar los criterios y dotarnos a los profesionales de una herramienta que nos ayude en la toma de decisiones para que sean lo más homogéneas y adaptadas a las evidencias disponibles”, explica esta médica de familia, nacida en Barcelona e hija de emigrantes lucenses, que lleva trabajando en el Sergas desde 1988. Es, además, subdirectora médica de la Gerencia de Gestión Integrada de Lugo, Cervo e Monforte. Su dilatada trayectoria asistencial, así como en investigación, formación e innovación le ha valido el XXII Premio Nóvoa Santos de Asomega.

–¿Qué evidencias científicas hay en estos momentos sobre el COVID persistente?

–Desconocemos su causa, aunque tenemos hipótesis. Posiblemente sean tres distintas e incluso una mezcla de ellas. Por una parte, que el SARS-CoV-2 permanezca acantonado en algún lugar de organismo y que produzca todas estas reacciones. Por otra, que la inmunidad esté dando una respuesta errónea; y por otra, que se generen autoanticuerpos, es decir, que los anticuerpos que genera el virus, en vez de destruir a este, destruya nuestro propio organismo. Lo que sí sabemos es la descripción de la tipología del paciente y que su afectación es multiorgánica y generalizada, abarcando todos los órganos.

–¿Qué manejo requiere una patología multiorgánica?

–El hecho de que sea multiorgánica y que tenga una media de hasta 36 síntomas distintos hace que tengamos que pensar en la necesidad de un abordaje holístico. No podemos descuartizar al paciente y atenderlo por cada uno de sus síntomas. Sería como si a una persona con una neumonía la atendiéramos porque tiene fiebre. Hay que atender la fiebre, pero la base es la neumonía, por lo que quitándole la fiebre no le quitamos el proceso. Por una parte, tenemos que aliviar los síntomas para que el paciente se pueda adaptar lo mejor posible a los requisitos de la vida y por otra seguir investigando para atajar la causa. Se necesita mucha investigación en la que es preciso que el paciente colabore para saber exactamente de qué estamos hablando, cuál es la afectación, describirla, saber su causa y cuál es el mejor seguimiento.

–Y en el caso del COVID-19 estamos ante un escenario nuevo.

–Efectivamente y hasta ahora nos hemos preocupado, como debía ser, de todos aquellos que tenían una sintomatología aguda que ponía en peligro su vida y ahora que con la vacunación estos cuadros empiezan a bajar tenemos que ocuparnos de todo este gran iceberg sumergido que son los pacientes con COVID persistente

–¿De qué porcentaje de pacientes estaríamos hablando?

–De entre un 10 y un 15% de los contagiados, es decir, no solo de los que tienen síntomas, sino de todo el conjunto, con lo cual, si tenemos 3,5 millones de contagiados identificados en España y nos vamos a un 15% estamos hablando de 500.000 personas. Y si tenemos en cuenta que hay estudios que dicen que hasta el 32% de los asintomáticos pueden desarrollar COVID persistente, la cifra es mucho mayor y crece a medida que se van sumando nuevos contagios.

–¿Cuál es el perfil del paciente?

–El 79-80% son mujeres con una media de edad de 43 años y que no tienen otras enfermedades concomitantes. El 50% tiene entre 36 y 50 años. No es el mismo perfil de aquellos pacientes que tienen secuela por una enfermedad aguda grave, que en general, son personas mayores, muchos de ellos son hombres y con otras comorbilidades.

Simón Espinosa

Simón Espinosa

–¿Se sabe por qué?

–Esta es otra de las incógnitas, aunque hay varias hipótesis. Una de ellas es que las alteraciones de las enfermedades que se derivan de alteraciones de la inmunidad son más frecuentes en las mujeres que en los hombres y también podría tener una explicación hormonal.

–El COVID persistente no es exclusivo de pacientes adultos, también se da en pediatría.

–Si, aunque no es el grueso de los casos, se dan también casos en niños y adolescentes, con unas afectaciones que son muy características. Predomina más la afectación neurológica: déficit de atención, cefalea, malestar general, y muchos son asintomáticos durante la fase aguda de la enfermedad y es después cuando desarrollan los síntomas.

“Medio millón de personas en España, la mayoría mujeres con una media de edad de 43 años, pueden sufrir COVID persistente”

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–¿Todos estos pacientes son atendidos y seguidos desde la atención primaria?

–La mayoría está acudiendo a las consultas de atención primaria, pero también es verdad que, dada la incertidumbre ante esta pandemia y la falta de concreción, muchos también están acudiendo a múltiples “-ólogos”, en función de los distintos síntomas: al cardiólogo si tienen taquicardia, al neurólogo si tiene cefaleas... y claro, esto es un desatino. Hay que organizar bien los flujos asistenciales porque si no, lejos de producirles mejoría lo que hacemos es complicar su existencia y su desesperación no dándoles ninguna respuesta concreta y, además, arriesgándonos a pedir cada vez más pruebas complementarias, que todas tienen su riesgo.

–¿La salida de la crisis sanitaria está en la vacuna?

–La única manera que tenemos de que se reduzcan los contagios, que se reduzcan las afectaciones es la vacuna. Es de esperar que con la vacunación disminuyan los contagios y, por tanto, los COVID persistentes.

–¿Nos podremos quitar la mascarilla cuando hayamos alcanzado la ansiada inmunidad de grupo?

–Esperemos que sí. Lo que tendremos que pensar es que vamos a tener que seguir con las medidas de seguridad, pero adaptándonos a los nuevos escenarios. YO no veo cercano el momento en que en el ascensor o en el supermercado nos quitemos la mascarilla, creo que para eso todavía va a faltar tiempo, pero otra cosa es estar en sitios abiertos con distancia social, vacunados y sin mascarilla. Los expertos y los técnicos epidemiólogos nos lo dirán.

"La atención primaria es el eslabón débil de la sanidad"

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–Usted es responsable de investigación e innovación dentro de la SEMG. ¿Cómo están estos campos en la atención primaria?

–La investigación y la innovación están mal en todo nuestro sistema sanitario y en la atención primaria, que en estos momentos está subsistiendo a esta avalancha, cada día, peor.

–En una situación de subsistencia, ¿puede absorber estos nuevos pacientes del COVID persistente?

–Estos pacientes ya están en el sistema, y están consultando y demandando atención y solución a sus problemas. Es un exceso de trabajo que ya tenemos en las consultas. Lo que tenemos que hacer es organizar cómo atenderlos lo mejor posible. La atención primaria es el eslabón débil del sistema sanitario. Nuestro sistema sanitario ha dado una respuesta, creo, muy buena a esta situación de pandemia, pero ha demostrado también que necesita reformas y cambios, no solo en en la atención primaria. Es necesario incrementar recursos humanos, especialmente, pero también materiales para que la atención primaria pueda ser lo resolutiva que necesita serlo en un sistema como el nuestro.

–Muchos pacientes critican que no se les atienda en consulta.

–Tenemos que tener en cuenta que se trata de optimizar la consulta y de reducir los riesgos de los propios pacientes. Lo que tenemos que hacer es tener cabeza: solucionemos por vía telefónica, que además ahorra molestias al paciente, aquellas cosas que puedan ser solucionadas y el resto, por la vía presencial como siempre. La atención primaria no quiere que los centros estén cerrados, pero necesita recursos para poder afrontar la situación a la que está sometida.

–¿Qué opina de la demanda de algunos sectores de la creación de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias?

–Creo que cuando se crea una especialidad hay que crearla con todo el conocimiento del por qué, para que y qué cubriría. Me parece que hay distintos modelos de especialidad de urgencias y quizá no todo el mundo habla del mismo porque entiendo que una especialidad de urgencias debe cubrir no solo urgencias del hospital, sino también extrahospitalarias, emergencias por dispositivo como el 061 y todo lo que son las urgencias. Primero hay que definir esto. No creo, de todos modos, que la creación de una especialidad u otra tenga que ser destinada a resolver problemas asistenciales; creo que deber ir destinada a responder a problemas de formación.

"La creación de una especialidad no tiene que estar destinada a resolver problemas asistenciales"

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–A pesar de que la delicada situación que atraviesa la atención primaria, en el Mir de este año, dos de cada diez plazas van a Medicina Familiar y Comunitaria.

–La verdad es que sí, pero qué puedo decir yo. No hay especialidad mejor que la medicina de familia. Ser médico en sentido puro es ser médico de familia. El médico que idealmente pensamos de pequeños es el de familia. Creo que más allá de los números, de que se elija más o menos, lo importante es que mucha gente que la elige, lo hace con vocación y ahí están todos aquellos residentes que tienen un número que les permite elegir cualquier especialidad y se deciden por la medicina de familia. Yo, después de 32 años ejerciendo, me reafirmo. Otra cosa es que crea que la situación tiene que cambiar y que nuestro sistema sanitario debe reformarse lo suficiente como para centrarse en el paciente y no en los hospitales como está centrado. Creo que es necesaria una reforma del sistema sanitario que conlleva la reforma de atención primaria y esto es un continuo porque si falla un eslabón falla toda la cadena. Todos queremos que el sistema funcione mejor posible y los profesionales están haciendo lo posible para que esto sea así.

–El pasado mes obtuvo el XXII Premio Nóvoa Santos que concede anualmente la Asociación de Médicos Gallegos (ASOMEGA), que, por primera vez este año, repartirá parte de su cuantía entre un proyecto de investigación y una iniciativa de humanización elegidos por el premiado. ¿Ya sabe a qué proyectos lo destinará?

–Todavía lo estoy pensando, pero desde luego, voy a intentar que dé cobertura al mayor número de personas posibles y que mejore nuestro sistema sanitario, la atención a nuestros pacientes y el trabajo diario que hacemos, con el foco puesto en la atención primaria, pero también en el modelo en general. Yo defiendo la medicina de familia y la atención primaria porque creo en esta especialidad y porque creo que es la mejor, pero creo que lo que todos defendemos es nuestro sistema sanitario, un sistema sanitario que queremos que sea el que mejor respuesta dé a nuestros pacientes.

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