“Para aquellos que quieren un mundo sin vacunas... aquí está el mundo a falta de solo una de ellas”. Con ese argumento tratan de compensar algunos virólogos una de las corrientes que ha ganado actualidad con el COVID. España está en el ‘top 5’ mundial de negacionistas de la COVID y antivacunas, según pudo saber este periódico a través de fuentes cercanas. Es un dato para no minusvalorar cuando arranca la cuenta atrás a la mayor campaña de vacunación mundial de la historia. En ese sentido, algunos vacunólogos explican que estos factores siembran dudas y aseguran que los efectos adversos de las vacunas son “altamente raros”. No así ciertas incomodidades propias de otras vacunas como son cefaleas o fatiga.
¿Cuáles son las razones de esta idea? Pues que se relaciona la coincidencia en el tiempo de ciertos síntomas con la causalidad de la vacuna.
Por contra, la vacuna que se pondrá en Galicia, de Pfizer-BioNTech, tiene eficacia probada en los ensayos en diferentes edades. De momento no se vacunará a colectivos sensibles como embarazadas o lactantes y menores de 16 años. ¿La razón? No es otra que no se dispone aún de resultados concluyentes sobre la aplicación en dichos colectivos, así que tendrá que esperar. También hay medidas específicas a tomar para personas con problemas de coagulación. Al mismo tiempo, insisten en que la rapidez de la consecución de estos fármacos no se debe a que se hayan ‘saltado’ plazos, sino a lograr la inversión necesaria y a trabajar de forma paralela a nivel mundial.
No obstante, se recomienda ponerla siempre que no se haya vacunado en los siete días anteriores con otro fármaco. La idea es no confundir los posibles efectos adversos y de ahí la distancia entre las dos vacunas.
